jueves, 7 de noviembre de 2024

UN TSUNAMI LLAMADO DANA, poema de Francisco Lira

 



Un cielo, ennegrecido y turbio,

amaneció con alerta roja,

y un ejército de grises nubes

presagiaban negras sombras.

Unas fuerzas incontrolables

se mecían entre las hojas,

las rieras y los arroyos

temblaban con las zozobras…

Los barrancos y torrenteras,

se alimentaban de frías gotas,

en el mar Mediterráneo

se creó una tormenta de olas,

un tsunami llamado Dana,

arrasó casas y personas…

 

Entre tanto los políticos

jugaban con las demoras,

¿quiénes tienen competencias,

quienes alertan las horas?

Los vivos entre los muertos

lloraban sus penas a solas,

no mostraron empatía

se enzarzaron con las normas,

de alertas y protocolos

y burocracias sin formas.

Los días y las noches

las víctimas seguían solas,

sin agua y comida

y con el barro hasta las bocas.

Mientras tanto los políticos,

jugaban a las broncas

del “tú más, y pídeme ayuda”,

y las víctimas, seguían solas…

 

Solo los voluntarios

decidieron ir a la obra:

a retirar el fango y escombros

y acompañar a los que lloran…

Y después de una semana

las víctimas siguen solas…

¡Cuánta tristeza e impotencia

ver a tantas víctimas rotas!

Y ver que los políticos

juegan a otra cosa…

¡¡Solo los voluntarios

ayudan a los que lloran!!

 

Francisco Lira    (noviembre 2024) 

                                                                                     

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