domingo, 25 de febrero de 2018

CRUELDAD

  

El sol se oculta espantado.
Ni quiere mirar, al suelo,
aquel cuerpo abandonado
que ya no mira hacia el cielo.

Unos gritos, ya, con saña.
Todos siguen la corriente.
La dama de la guadaña
viene alerta y sonriente.

Son jóvenes los malvados.
Con la vida por vivir,
piensan que serán salvados…
Pero les toca morir.

Los cuerpos abandonados
-ya, para siempre- en la tierra.
Ellos serán muy llorados
y una etapa que se cierra.

En un mundo incomprensible,
donde nos toca vivir,
que -aunque parezca imposible-
la maldad está por venir.
Los cabecillas se esconden
(muy listos de conveniencia)
y van creando el desorden
a los con poca experiencia.

La sangre baña las Ramblas.
¡En el paseo tan querido!
Mientras emanan las lágrimas
de un corazón herido.

 


María Naranjo




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