martes, 3 de diciembre de 2019

PEDRO GÓMEZ: el lugar de la memoria


 



La memoria de un hombre está en sus besos, 
escribió Vicente Aleixandre. Pedro Gómez,
acaso sin conocer el verso del nobel,
nos lleva al lugar de la memoria:
el huerto, el lilo, la higuera y los besos.



La memoria de los besos


Nací con los labios hacia el beso
en las tibias sábanas
de un otoño perverso
ciudadano de tu placenta hermosa.
Me acogiste desde tu vientre
en la curva de los abrazos
y mis dedos en tus manos
volviendo a la vida sobre tu pecho,
engarzándome en ti con los ojos.

Crecí como una ciudad del altiplano
en este cuerpo amigo de las raíces,
con un patio,
                        un huerto,
un lilo blanco y un mástil atado al viento,
—niño feliz— volando inocente,
percibiendo el olor deshojado
de las higueras en otoño;
                         sentía pena de crecer,
                         y crecí

dejando que la vida me fuese pintando.

Qué memoria tendrán los besos.

Me despedí de ti
con una herida silenciosa
asomando en tus ojos
                          maternos,
                          pardos,
llenos, perdiendo lentamente la luz.

Caminé el tiempo reponiendo peldaños
para volver, como vuelve el agua,
que alucinado sueño, al mar
anidando su alma de lluvia.

Y volví como vuelven los sigilos 
a una tierra que grita vendavales convulsos.
El huerto ya no tiene lilo,
el patio en su soledad solo es pared,
la higuera quedó deshojada en primavera,
y tú estás dentro de mis arterias.

Escuchar mi voz
es un silencio que quiere ser liberado,
en la calma del paisaje,
volviendo al origen de los aromas
escondidos en la memoria.

Hay canciones invisibles
           sonando como premios.



                   Pedro Gómez

1 comentario:

  1. El silencio de los seres queridos que ya no están, es el silencio que peor se soporta.

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