Poemas de Ángel Guinda (1948-2022)
UN HOMBRE FELIZ
Fue feliz compartiendo
los cantos y las risas,
la pobreza, el dolor.
Retozando en la escarcha,
comiendo y bien bebiendo.
Alegre a pleno sol,
solo en el descampado
o entre la muchedumbre.
Fue feliz de estar vivo
y afrontar las desgracias
ajenas como propias,
sereno o agitado;
liviano haciendo el muerto
sobre la piel del mar.
Fue feliz desterrado
de la realidad.
Feliz bajo la noche
coronada de lámparas,
en batallas de amor
que hacen temblar las sábanas.
Fue feliz derribando
murallones de lágrimas,
hablando con los astros,
escuchando a la muerte.
No descarta
ser feliz bajo tierra
mientras sigue la vida.
(de Catedral de la Noche)
ME HE FUMADO LA VIDA
Me he fumado la vida
como el tiempo
se me ha fumado a mí.
Mirad esta laringe, esta tráquea,
estos bronquios y pulmones
ametrallados por la nicotina.
He fumado los gases subterráneos
del Metro en sus andenes;
el aire de Madrid, sucio
como una traición a la luz más hermosa;
las nevadas del yeso en las pizarras,
la hoguera negra de los tubos de escape,
las hojas secas de la marihuana,
el asfalto, la niebla, la humedad,
la avellana tan blanda de los clítoris,
la espesa polvareda de lo siniestro
cuando huía de mi sombra,
y mi vida hecha polvo,
y el polvo que seré
bajo el árbol secreto de la muerte.
MORIR
Morir es no volver a estar
-a la misma hora-
en los mismos lugares,
con las mismas personas.
No aparecer, cada mañana,
como esa gran luz nueva
disuelta entre las cosas;
dejar interrumpidos los trabajos,
los viajes en punto muerto.
Ajenos a los mares y a los astros.
Morir es estar quietos, sordos,
ciegos, mudos, desaparecidos,
desconectados de todos y de todo,
de nosotros también;
no regresar a casa nunca más.
No emitir ya señales,
recibirlas tampoco.
Morir es no volver.
LOS MUERTOS
Llegan lejos las manos de la ausencia
hasta alcanzar el mundo de los muertos:
los muertos que nos viven,
los muertos que nos matan,
los muertos que vendrán a visitarnos,
los muertos que están vivos,
los muertos que nos llaman,
los muertos que se vuelven a morir,
los muertos que en la muerte nos esperan.
(de Catedral de la Noche)
Dibujo de Mar Lozano Carrasco
Poemas e imágenes tomadas de su muro, donde sus amigos le rinden homenaje: https://www.facebook.com/angel.guinda.1
Magnifico poeta que explica las cosas sencilla y llanamente usando poemas que nos llegan.
ResponderEliminarGran poeta. Y muy sencillo.
EliminarNos dejó el pasado 30 de enero.
Tengo el gusto de haber participado con él y otros artistas, escritores y poetas en la antología "Uno de nosotros".
No lo conocía, pero su forma de escribir, sus versos, sus reflexiones, marca un perfil muy auténtico y sencillo, pero muy directo... Me ha encantado sue poema "Me he fumado la vida"
ResponderEliminarYo había leído algo suyo y compartíamos amistad en Facebook. Me hubiera gustado tratarle más y llegar a conocerle.
EliminarLa muerte, es una realidad muy presente en la poesía de Ángel Guinda. Pero sin dramatismo; sencillamente como una realidad absoluta. Llevada a todas las cosas, a cualquier entorno. Leyéndolo, creo ver una amistad sin reproches con la dama de la guadaña. Abarca de todas formas diferentes facetas. Es muy curioso el poema titulado "CAJAS". Lo lees detenidamente y compruebas, cuánta verdad hay en sus versos: vivir dentro de una caja es bastante real en estos tiempos.
ResponderEliminarA mí me han gustado sus poemas. Ahora sí conozco al poeta del hilo de sus versos. Es muy interesante conocer poetas nuevos, en todos y cada uno hay un universo de las letras por descubrir.
El amor y la muerte son los dos temas esenciales de la poesía de siempre. Cada poeta los trata a su manera y los lectores deciden a quien leen. Ángel tiene muchos lectores subyugados por sus versos y su manera de ver la vida y la muerte. He vuelto a leer cajas y a sentirme representado en el poema.
EliminarEn el golpe de esta semana trato el tema del descubrimiento de nuevos poetas. Siempre despiertan nuestra admiración y las tertulias es un buen foro para llegar a ellos.