(Aunque ahora dan a luz, entonces las madres parían. Entonces, por 1953, las madres sólo tenían obligaciones y carecían de
los derechos fundamentales. Sé que las cosas no han mejorado mucho. Pero las madres
de aquel tiempo parían y se ponían a trabajar, antes, de inmediato, medio
minuto antes, y medio minuto después del parto.)
HORNERA
La vida te hace pan, madre, esta tarde,
amasas esta harina escasa y limpia,
lo untas de dulzura, la remojas
de gotas de aceite como sangre,
hasta cumplir el rito, la crecida
con que el pan se hace torta y se madura.
Ha nacido este pan de hornera y roble
de fuego que al morir cumple el oficio
de dar calor al viento y a la historia.
Nos entregas el pan, madre, cuajado
y retiras tu vientre hacia la alcoba:
Vienes a parirnos esta tarde
al salir de la escuela, madre nuestra,
y nacemos alguno de nosotros
para cumplir el ciclo de la hornera.
Así se produce, madre, el primer acto
con que sustancias tiempo y levadura.
EL BOSQUE NO ES UN ÁRBOL REPETIDO
El bosque no es un árbol repetido,
ni la luna es un astro acomplejado,
mar de madera es, mundo animado,
tampoco el sol de tarde es sol vencido.
El bosque es una historia que se erige
en formas verticales resumido,
escondite vital, libro asumido,
alfombra que los días no corrige.
Epidemia de amor, nube que crece
en una sociedad ilimitada,
de flores, plantas, ciervos y estorninos.
Acoge en su interior, acuna y mece
surcos de agua, lagunas y majada,
rumor de hondo silencio, tiempo, sinos.
(El bosque no es un árbol repetido, 2023)
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