jueves, 21 de diciembre de 2017

Paquita Guerra y Antonio Bizarro: LA VOZ DE LA POESÍA





Paquita Guerra Sánchez







Antonio Bizarro Morán










Paquita y Antonioson pareja, miembros de "Poesia a Trenc d'Alba" y del grupo "Els amics de la poesia", de Lliçà de Vall, fundado en su día por Antonio. No escriben, pero su inmenso amor por la poesía les lleva a recitarla allá por donde van, transportándonos con sus voces al verde rumor del Atlántico lamiendo el escarpado litoral gallego y al susurro de los pueblos que forjaron tanta historia desde la extensa y profunda Extremadura.
Antonio Bizarro Morán nacíó en Guijo de Coria, un pueblo de la provincia de Cáceres, cerca de las Hurdes. Con 15 años se viene a vivir a Barcelona. Siente predilección por José María Gabriel y Galán y la poesía en castúo, pero gusta de la poesía en general.
Paquita Guerra Sánchez nace en La Coruña y desde los dieciséis años reside en Barcelona. Se inició en la poesía acompañando a su marido a recitar, alternando ahora el recitado con la pintura al óleootra de sus grandes aficiones. Rosalía de Castro es su poeta de cabecera. pero también le gustan otros autores, ya que lee (ambos lo hacen) a todos los poetas y poetisas que tiene a su alcance.
Aunque su voz no nos llegue, nos dejan constancia de sus sentimientos con los "Airiños, airiños, aires" de Rosalia de Castro y "Cuando seamos viejos" de Alberto Bourbon


Airiños, airiños, aires

Airiños, airiños, aires,
airiños da miña terra,
airiños, airiños, aires,
airiños levaime a ela.                                               

Sin ela vivir non podo,
non podo vivir contenta,
que a donde queira que vaia
cróbeme unha sombra espesa.
Cróbeme unha espesa nube
tal preñada de tormentas,
tal de soidás preñada
que a miña vida envenena.
Levaime, levaime, airiños,
como unha folliña seca,
que seca tamén me puxo
a callentura que queima.
¡Ay! si non me levás pronto,
airiños da miña terra,
si non me levás, airiños,
quisais xa non me conesan,
que a frebe que de min come
vaime consumindo lenta,
e no meu corazonciño
tamén traidora se ceiba.
Levaime, levaime, airiños,
levaime a donde espera
unha nai, que por min chora,
un pai que sin min n´alenta,
un irman por quen daría
a sangue das miñas venas,
e un amoriño, a quen alma
e vida prometera.
Si pronto non me levades
¡ay! morrerei de tristeza,
soia, nunha terra estraña
donde estraña me alomean,
donde todo canto, miro,
todo me dice ¡Estranxeira!
¡Ay! miña probe casiña!
¡Ay! miña vaca vermella,
años que balás nos montes
pombas qu´arrulás nas eiras,
mozas que atruxás bailando
redobre das castañetas,
¡Ai! quen fora paxariño
de leves alas lixeiras
¡Ai! con que prisa voara
toliña de tan contenta,
para cantar á alborada
nos campos da miña terra!
Agora mesmo partira,
partira como unha frecha,
sin medo as sombras da noite,
sin medo a noite negra;
e que chovera ou ventara,
e que ventara ou chovera,
voaría, voaría
hasta que alcansase a vela.
Pero non son paxariño
e irei morrendo de pena,
xa en lagrimas convertida,
xa en sospiriños desfeita.
Non permitás que aquí morra,
airiños da miña terra,
que inda penso que de morta
hei de sospirar por ela.
Aínda penso, airiños, aires,
que dimpois de morta sea
e aló polo campo santo,
donde enterrada me teñan,
pasés na calada noite
runxindo antre a folla seca,
ou murmurando medrosos
antre as brancas calaveras;
inda dimpois de mortiña,
airiños da miña terra,
Heivos de berrar: “ ¡Airiños,
airiños, levaime a ela!


Rosalía de Castro



 Cuando seamos viejos



Para salvar las noches en que estas enfadada,
y con estos diez años que te llevo de ventaja,
voy a obligarte niña a mirarme a la cara,
y hasta que te lo diga, que no me des la espalda.

Cuando seamos viejos vas a llorar con rabia
de verte en el espejo la cara tan cambiada,
se llenarán de arrugas tus risas de muchacha.
Será más insegura esa voz que hoy te manda.


Cuando seamos viejos no habrá tanta distancia,
sentirás menos miedo sabiéndome en tu cama.
Ya, ni discutiremos ni servirá de nada
te reñiré bajito lo que antes te chillaba.

Cuando seamos viejos, estarás más cansada,
seremos compañeros, nos haremos más falta,
cuando no estés conmigo te notaras muy rara,
y me encontraré perdido si un día nos separan.

Cuando seamos viejos, veremos con nostalgia
sentados desde un banco, como la vida pasa,
yo hablando con alguno que no me entiende nada,
tu inventándote prisas para volver a casa.


Para salvar las noches que entonces serán largas,
y cuando estos mis diez años se vuelvan desventaja,
porque me falten fuerzas o a ti te falte gracia,
entonces niña vieja podrás darme la espalda.



                              Alberto Bourbon






































No hay comentarios:

Publicar un comentario

Félix Maraña

  (Aunque ahora dan a luz, entonces las madres parían. Entonces, por 1953, las madres sólo tenían obligaciones y carecían de los derechos fu...