sábado, 26 de enero de 2019

Gracia Espino: CANCIONES PARA UNA TARDE DE LLUVIA


¡Qué triste estaba la calle!
Con los árboles desnudos
las farolas apagadas,
y tanta lluvia caía
que las aceras cantaban.

¡Qué triste estaba la calle!

Esa niña que paseaba
su soledad sin descanso
los ojos fríos, su cuerpo
con pena los va cerrando.
No se cierran por las noches
son faroles de otros barcos
cargados de pesadumbres
de metales y peñascos.

¡Qué triste estaba la calle!

Las densas nubes rondeñas
el agua van regalando.
Y la niña con sus miedos
miraban al otro lado.
Su insomnio la acompañaba
y la bañaba en un charco,
¡Qué Pena lleva esta niña!
Mientras iba caminando.
El denso rumor del agua
enbisten sus tiernos muslos,
con su camisa pegada,
sus pechos están desnudos.


¡Qué triste estaba la calle!

Una hoja pasa volando;
el alma del que la mira
sin querer está temblando.
Llamaría a un rayo de sol
que a la niña calentara
y alejaría de su mente
¡La tristeza de esa calle!
Con la niña desolada.


     Gracia Espino




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