Río abajo, en la ribera,
se atusa el predio con flores.
Las mozas -en primavera-
lucen galas y colores.
…
Las rosas que no regaste,
marchitas languidecieron.
Los besos que me negaste,
en el aire se perdieron.
…
Las promesas de la noche
se gozan de madrugada.
La crítica, y el reproche,
son ¡herida desgarrada!
…
La zagala va a por agua,
ahogada por el calor.
El rapaz le ve la enagua…
¡Su entraña es fuego y ardor!
…
Canta, zagala… ¡no calles
tu júbilo ni tu amor!
Hay mancebos, en los valles,
que te ofrecen una flor.
…
Paseando de la mano
por senderos y por mieses…
¡Un beso te diera –ufano-
aunque no me lo pidieses!
…
Las alegrías, y amores,
brillan en la juventud.
Malestares y dolores
son –en la vejez- virtud.
…
Las piedras de aquel molino
giran y rugen rabiosas.
Las frases nobles –con vino-
brotan frescas y garbosas.
…
Palabras de amor furtivo
se pronuncian a escondidas.
Cuando un cariño está vivo,
¡las almas enardecidas!
…
¡Cuántas caricias y besos
prodigados mutuamente!
Nos tiemblan hasta los huesos…
Nos obnubilan la mente.
…
Versos para enamorados
-que lisonjean oídos-
os escribo, rubricados.
¡Con el corazón sentidos!
Luis
Arranz
Buenas rimas, Luis. Perfectas y bien trabajadas. Me recuerdan a tiempos de juventud, cuando los enamorados se dedicaban versos para manifestar sus sentimientos. Una bella manera de evocar recuerdos.
ResponderEliminarMuy buenas cuartetas rimadas, Luis. Un bonito ramillete de estrofas que nos llegan. Y como dice Araceli nos hacen retroceder a los años mozos. Eres el rey de las rimas. Felicidades.
ResponderEliminarNuevamente encontramos las estrofas impecables, rimadas con exactitud. Tengo la impresión, que te llueven de arriba de unas musas invisibles que te quieren, que ni tan siquiera tienes que buscarlas. Pero no quiero decir que no tengan todo el mérito y la belleza que ellas encierran.
ResponderEliminarprecioso Luis.