jueves, 18 de enero de 2018

Ana de la Arena: LA ARGENTINA MIRADA INTERIOR PARA VER EL MUNDO

El vigía


Acodado en un farol,
oscilante la barriga…
¡Cuánta cerveza contiene!
¡Cuánta grasa no elimina!

Pasan con faldas las chicas.
Ana de la Arena
Piernas morenas, brillantes,
sueltos cabellos al viento,
pistilos mas que indomables.

Su mirada las persigue.
Se les clava -como espada-
de su boca, las palabras,
que avergüenzan hasta el alma.

Los oídos se hacen sordos
ante palabras -tan gruesas-
que no atraviesan los tímpanos.
Que a los cerebros no llegan.

Pobre y solitario, el hombre,
¿No tendrá hijas ni nietas?
¿Ni amigos que lo consuelen
con sus sonrisas abiertas?

Pescador que -sin anzuelo-
parece no pescar nada.
Del deformado bolsillo,
saca un papel arrugado.

El magma que bulle dentro
sale en palabras que agreden.
Recuerdo solitario y tierno.
Un nombre que borra el viento.

La realidad -a borbotones-
busca sedienta el cariño;
mas, el alcohólico olvido
urde mentiras sin cuento.

Mira los jóvenes cuerpos,
ya, sin destino ni techo.
Tiembla ante el nombre borrado
abandonando recuerdos.

Como el mecerse del río,
las palabras han surgido,
dejando a  nuestro vigía
como en un cuento perdido.

Estos versos -que se asoman
a la atalaya truncada-
atisban los trazos leves
del nombre de una muchacha.


Ana de la Arena

Agosto 2016


Ana de la Arena, trabajadora social, nacida en 1938, Buenos Aires, Argentina. 
Se interesa por la poesía que habla de la introspección, la duda, el conflicto,
la experiencia y la muerte.
"Una mirada desde la alcantarilla / puede ser una visión del mundo."
(Alejandra Pizarnik)













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