martes, 13 de septiembre de 2022

Ana de la Arena: dos poemas

 



Ella se sentía exuberante

como la selva de sus cabellos rojos.

Ella había sido exuberante

como la sudestada

que cuelga inalcanzable

y alborota los peces del río.

Ella era exuberante

como el zonda

sequedad y potencia.

Ella se sentía exuberante

en los diálogos con el benteveo

jugando a la escondida

en las ascuas del fuego líquido.

Ella era exuberante

en la espuma de los besos

en el hambre de los que comen

de vez en cuando.

Ella se sentía exuberante

en el jadear de las palabras

de amor y olvido.

Ella seguía exuberante

en las chispas fugaces

de las miradas lascivas.

 

Cuando se quemó la casa

las cenizas perseguían

las ascuas,

contra los mosaicos.

Sin freno se quemaron

todas las exhuberancias

en la misma hoguera.


Ana de la Arena       

Sabadell, septiembre/2021



Master class


Platicando con las notas                          

sin dominio.

Tendida al galope

una charla libre de pulso y latidos:

                                   No me digas eso.

                                   Dímelo suave.

                                   El idioma es lo de menos.

                                   Lo de menos.

 

La música dialoga

entre robots mitológicos,

ninfas que hunden el aire

sonrisas de las teclas negras.

 

No. No jugamos en el bosque

con faunos frenéticos

que el respirar de las plantas

persiguen y enarbolan

el rugoso tronco,

el placer contagian

como el agua que libre brota y

huella deja.

 

Ana de la Arena

Sabadell, octubre/2021

 


 


4 comentarios:

  1. Dos buenos poemas, Ana. En la línea que caracteriza todos tus escritos. Palabras que se suceden una a una para contar una original y sorprendente historia, con final inesperado o con expresiones cargadas de mensaje. Bien por tu forma de cominucar, de dar, transmitir esas ideas, con pocas palabras, pero suficientes.

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  2. Gracias tus palabras animan a seguir adelante.

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  3. Ana de la Arena, nuestra argentina brillante. Cada uno de tus versos, Ana, son una historia, una forma de vida, que tú vas desgranando, enseñándonos una cultura lejana, que no creas la sentimos cerca. Piensa que muchos de nosotros tenemos familia argentina, que emigraron cuando parece ser que era una necesidad. Y amamos a tu tierra y te apreciamos a ti. Me encanta tu forma de escribir

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  4. Muchas gracias. Aprecio tus palabras como oro en polvo.

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Félix Maraña

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