Ella se sentía exuberante
como la selva de sus cabellos rojos.
Ella había sido exuberante
como la sudestada
que cuelga inalcanzable
y alborota los peces del río.
Ella era exuberante
como el zonda
sequedad y potencia.
Ella se sentía exuberante
en los diálogos con el benteveo
jugando a la escondida
en las ascuas del fuego líquido.
Ella era exuberante
en la espuma de los besos
en el hambre de los que comen
de vez en cuando.
Ella se sentía exuberante
en el jadear de las palabras
de amor y olvido.
Ella seguía exuberante
en las chispas fugaces
de las miradas lascivas.
Cuando se quemó la casa
las cenizas perseguían
las ascuas,
contra los mosaicos.
Sin freno se quemaron
todas las exhuberancias
en la misma hoguera.
Ana de la Arena
Sabadell, septiembre/2021
Master class
Platicando con
las notas
sin dominio.
Tendida al galope
una charla libre de pulso y latidos:
No
me digas eso.
Dímelo
suave.
El
idioma es lo de menos.
Lo
de menos.
La música dialoga
entre robots mitológicos,
ninfas que hunden el aire
sonrisas de las teclas negras.
No. No jugamos en el bosque
con faunos frenéticos
que el respirar de las plantas
persiguen y enarbolan
el rugoso tronco,
el placer contagian
como el agua que libre brota y
huella deja.
Ana de
Sabadell,
octubre/2021
Dos buenos poemas, Ana. En la línea que caracteriza todos tus escritos. Palabras que se suceden una a una para contar una original y sorprendente historia, con final inesperado o con expresiones cargadas de mensaje. Bien por tu forma de cominucar, de dar, transmitir esas ideas, con pocas palabras, pero suficientes.
ResponderEliminarGracias tus palabras animan a seguir adelante.
ResponderEliminarAna de la Arena, nuestra argentina brillante. Cada uno de tus versos, Ana, son una historia, una forma de vida, que tú vas desgranando, enseñándonos una cultura lejana, que no creas la sentimos cerca. Piensa que muchos de nosotros tenemos familia argentina, que emigraron cuando parece ser que era una necesidad. Y amamos a tu tierra y te apreciamos a ti. Me encanta tu forma de escribir
ResponderEliminarMuchas gracias. Aprecio tus palabras como oro en polvo.
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