miércoles, 16 de mayo de 2018

Suspense rioplatense


Con esta humedad y con este calor no hay quien trabaje en un cuento de suspense para el diario boludo de los domingos. Si mañana no lo mando no cobro y si no cobro no me voy a Punta del Este, no me saco el gusto de estar con Marcos en el Super Hotel de Cantegrill, ni me saco este color blanco cadáver de Buenos Aires, ni me baño en el mar. Lo llamo:

-       ¿Marcos? ¿Estás en la playa?
-      ....
-      Yo aquí sudando como una loca, el pelo atado, el ventilador y una cerveza, pero tengo el cerebro seco.
-      ...
-      ¿Cómo que qué quiero que hagas? Mandame una de tus ideas geniales, un cuento cortito pero espeluznante, así cobro y voy para allá.
-      ...
-      ¡Bah¡ Tirame una idea, no te vas a arrepentir boludo. Si no cobro no voy y vos te lo perdés.
-      ...
-      Si querido, yo también me lo pierdo, obvio.
-      -...
-      Claro que podés, Mandámelo por email, lo reenvio, cobro y me tenés en Colonia en el de las diez.
-      ...
-      Si amor, todas las vacaciones tuya.

    MarcosM.A.junior@

Asunto: cuento suspense, argumento, arreglate como puedas.

“Una chica rubia, un minón, biquini de tanga, toma el sol al lado de un bolso de paja. El bolso se mueve y se va hundiendo poco a poco unos centímetros en la arena. La chica se levanta de la lona donde toma el sol de espaldas. Se dirige a una señora que esta en una reposera debajo de una sombrilla sacándose con disimulo los pelos de las piernas. La rubia le pide que le cuide el bolso mientras ella se baña. La señora asiente. Cuando vuelve a buscar el bolso la señora lo señala con extrañeza y hace gestos como que el bolso se ha movido, indiscreta le pregunta que hay adentro. Ella sonriente la tranquiliza. Todo se mueve. Es la reverberación del sol de mediodía. Vuelve a su lona, se hace una cola de caballo con el pelo chorreando, sin secarse se envuelve en un pareo en forma de vestido y se va quemándose los pies y con el bolso bamboleante. Llama con el  celular desde el paseo. Diez minutos más tarde estaciona un Mercedes colorado. De la ventanilla del que maneja sale un brazo musculoso y peludo con reloj dorado en la muñeca. Señala el baúl del coche. No se le ve la cara. La rubia abre el baúl, deja con delicadeza el bolso, le echa una mirada, ¿de despedida?, ¿de pena?, ¿de alivio?. Se acerca a la ventanilla y el hombre le da un sobre blanco apaisado y arranca a toda velocidad sin saludar”.

Te quiero, no tardes.
Marcos
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Lo llamo:
Ya llegó el cuento, fenomenal, sos un genio.
....
 Ahora hago una copia, lo mando tal cual, tanto hinchar con el soporte informático. Dale, ahi va, cuento de suspense, con soporte informático y todo.
....
¡¡¡Iujuuu!!!! Mañana lo llevo, cobro y directo al catamarán. Por fin ¡¡¡VACACIONES!!!!

Ana de la Arena
mayo/2018













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