Gris y pegajosa
la gelatina que drena
el agujero del alma,
drenaje de prejuicios,
principios,
buenos modales,
ideologías,
compromisos,
culpas.
Se ha roto el corset
y se ha disfrazado de colores
el abrigo gris.
El tiempo vuela retardado,
desconsolado el futuro
pierde adeptos.
El presente despierta
monótono entre las sábanas.
Hace frío,
ni siquiera el alcohol
ruboriza las mejillas,
ni las páginas de un libro
secuestran el pensamiento
que la música adormece.
El dolor colgado del perchero
espera su oportunidad
para teñir de gris
el abrigo de colores.
Ana de la Arena
Octubre 2019
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