jueves, 14 de enero de 2021

Araceli Moretó. LA INDIFERENCIA

 

En relaciones humanas, la indiferencia, bajo mi punto de vista, es como una bomba de relojería, aunque no mata, no rompe cristales, no da voces, no da patadas, no da portazos, no mira, no escucha, no discute:

Justamente, la indiferencia es la  nada más nada, que a un ser humano se le pueda dar. "Me hablaban con indiferencia. Distantes. Ausentes. Contestaban con un "sí" escaso o con un "no" cerrando los ojos en señal de una ausencia estudiada, maquinada a través de sus pensamientos, y casi imperceptible para otros seres humanos que frecuentaban la conversación".

La indiferencia, la peor de las ofensas. No hace nada. No pega, no maltrata, no quiere ni odia, no ve, pero hiere profundamente al receptor del gesto, que a poco que se dé cuenta se sentirá, incómodo o avergonzado o ignorado, incluso menospreciado o despreciado  o tratado injustamente o un sin fin de sensaciones más, según como sea esa persona.

Puede también la indiferencia, conseguir que el receptor en cuestión reaccione con amor propio y trate a los indiferentes de esa misma manera. Así estará garantizado que al menos unos cuantos se sentirán avergonzados, ignorados, menospreciados, etc. Aunque otros ni se inmuten, que de todo hay en la viña del Señor.

Se podría decir que la indiferencia es la nada, más nada, que consigue resultados tan caóticos, sin mover una pestaña, sin una mirada, sin gesto alguno, sin una lágrima, ni de alegría, ni de pena, sin una sonrisa, sin un saludo, mirada de ciego o de ciega, que no es cosa de discriminar por sexo. La indiferencia no tiene sexo. Puede herir orgullos, tiene facultades para ruborizar, dejar en evidencia, provocar hostilidades, sembrar mal ambiente, anular proyectos, y como no, hasta hundir a alguien en lo más profundo. Puede provocar desamor. También puede provocar lástima, desconfianza. No hay nada menos expresivo que unos ojos que no dicen nada.

Total: Que hoy una persona, en la calle, se ha dirigido a mí con indiferencia y me he acordado de que hace tiempo quise escribir algo sobre esta palabra que nos puede llegar a resultar "indiferente" pero que en absoluto lo es cuando el blanco es uno mismo.

Araceli Moretó

4 comentarios:

  1. Muy agudo el análisis Araceli. Yo como no soy nada indiferente, te felicito por atreverte a desnudar la indiferencia y a los indifetentes. 😉👏👏👏

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  2. La indiferencia es peor que el odio. Porque el odio te tiene en cuenta. Lo has explicado muy bien. Con las palabras que tú sabes husar para expresarte. Es la peor ofensa porque que te ignoren te hace a la vez invisible.Buenas y sabias reflexiones.

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  3. Muy bien descrito Araceli. Tienes toda la razón, pero si preguntáramos a cien personas, seguro que al menos noventa la han experimentado aunque no se quejen.
    Pero hoy se trata de ofrecer una opinión sobre tus reflexiones. Como siempre acertada, original y con matices. Te gusta analizar las cosas y lo haces bien, eres además muy trabajadora y bien dispuesta, y puedes creerme, que cada cosa que nos regalas, no deja indiferente a nadie.
    Felicidades por ese ímpetu que te mantiene activa.

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    Respuestas
    1. Gracias por esos cariñosos comentarios, amigos. Es para mí un motivo más de alegría pertenecer a un grupo tan activo y de tants calidad.

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