viernes, 19 de junio de 2020

Dos poemas de la canadiense Anne Carson

Yo

Oigo pequeños chasquidos dentro de mi sueño.
La noche gotea su taconeo de plata
espalda abajo.

A las cuatro. Me despierto. Pensando
en el hombre que
se marchó en septiembre.
Se llamaba Law.

Mi rostro en el espejo del baño
tiene manchas blancas en la parte baja.
Me enjuago la cara y vuelvo a la cama.
Mañana voy a ver a mi madre.


Ella                                                          

Vive sola en un brezal al norte.
Ella vive sola.
La primavera se abre como una cuchilla allí.

Yo viajo en trenes todo el día y llevo muchos libros –
unos para mi madre, algunos para mí
que incluyen Las obras completas de Emily Brontë.
Es mi autora favorita.

También mi principal temor, al que trato de enfrentarme.
Cada vez que visito a mi madre
siento que me convierto en Emily Brontë,
mi vida solitaria a mi alrededor como un páramo,
mi torpe cuerpo recortándose sobre los barrizales con una apariencia de transformación
que muere cuando atravieso la puerta de la cocina.

¿Qué cuerpo es ese, Emily, que nosotras necesitamos?


Anne Carson (Toronto, 1950)

Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020

 


1 comentario:

  1. Anne Carson, en un momento te introduce en su mundo, te enseña paisajes, sentimientos y crees vivirlos. Me gustan sus versos.
    La poesía tiene mil formas, cada poeta tiene un estilo diferente. si te dejas llevar por la melodía, por ese sentimiento que todos y cada uno de los poemas, con sus pequeñas historias nos muestran, es posible que tu mente se transforme. Puedes evadirte o no, pero si penetras dentro de cada verso, hay una fusión entre escritor y lector. Es una de las cosas más bellas que podemos vivir.
    Bien merecido ese premio de Anne.

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