martes, 9 de junio de 2020

Jesús Pico, los trenes del recuerdo


CABELLERA DE TRENES

Para Ana 

                         Cabellera era de trenes

la tarde

                                 DÁMASO ALONSO


                     La memoria es el territorio de la ausencia

                                           RAMÓN GARCÍA MATEOS

  

 II            


Primos del aire, de la tarde primos,

de los pinos y el roble corpulento,

instalados en un verano lento

asombro y juego, como todos, fuimos.

 

Mirábamos sentados en racimos

pasar los vagos trenes: humo al viento,

carbonilla, sol, cierto desaliento

con que luego a vestirnos aprendimos.

 

Larga tarde de larga simetría,

temblorosa de azul y primavera

el corazón de Dios adormecía.

 

Niños de entonces: lenta enredadera

de estacionado tiempo nos cubría

viendo peinar de trenes la ladera.

 

IV

 

Un balasto de penas me sustenta,

absorbe vibraciones de mis años

y corta, horizontal, por aledaños

miradores de sol y de tormenta.

 

Camina pesarosa mi osamenta

vestida con los últimos engaños

por raíles de luna y desengaños

hacia un fanal de sombra descontenta.

 

Vago vapor en viento detenido

sobrevuela la noche del ayer

entre las nubes negras del olvido.

 

Olvidar es morir y envejecer

es recordar a veces lo vivido

y el tren aquel que nunca ha de volver.

 

VII 


El luto es amarillo cual la pena

de un otoño cruel y del ocaso,

amarilla de andenes y retraso

languidece la vida su azucena.

 

Amarillo es el sol y su condena,

el veneno en el fondo de aquel vaso

apurada la bilis del fracaso,

amarilla la cera sin colmena.

 

Amarilla de espera la bandera

que nunca vio cumplida su victoria,

la pálida y temida mensajera,

 

amarillo es el oro en vanagloria,

el membrillo que aroma la madera

y este punto final de toda historia.

 

VIII

 

En la tarde pasaban lentos trenes

y nosotros contábamos vagones,

cumpleaños, cigarros, ilusiones,

con el viento ciñéndonos las sienes.

 

Pasaban lentos trenes en vaivenes

sobre los encogidos corazones

sintiendo trepidantes vibraciones

lejos de la estación y los andenes.

 

Tornábamos un punto silenciosos

saltando las traviesas de la vida,

caminando raíles tormentosos,

 

buscado entre la escoria fenecida

oscuros corazones milagrosos

para incendiar la noche estremecida.


XI

 

Cambian los tiempos, los hombres, sus obras,

hasta el planeta cambia y el universo.

Echo la vista atrás desde este verso

hecho todo vaivenes y zozobras,

 

cabellera de trenes, maniobras

en grisácea tarde sin reverso,

concéntrico ondular donde disperso

ilusión como sal, algunas sobras

 

de lo que fui, de aquello que aún anhelo

ser, le pese al tiempo o a Dios le pese,

un poco de fe, mucho desconsuelo.

 

Cenizas por cabellos tiene el día,

como cinta las sienes le ciñese

este pasar de trenes y agonía.

 

De  De decires y alondras (2017)

 

Jesús Andrés Pico



Imágenes: antigua línea Valladolid-Ariza.

8 comentarios:

  1. Pasan los sonetos como vagones de trenes con sus vivencias. Por raíles de la vida, van impregnado de versos las traviesas.Conductor de trenes y de historias.

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    1. Estos sonetos guardan muchos recuerdos, el último el de un poeta caballa, Emilio Delgado, que se enamoró de ellos, dando inicio a una amistad que truncó la Parca. Así es la vida, hay trenes detenidos en la estación del recuerdo.

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  2. Un despliegue de maestría nos conduce esta mañana sobre unas vías que se me antojan antiguas. Aquellas vías de trenes lentos, de carbonilla que se impregnaba hasta en los ojos. Recordar es vivir otra vez, aunque aquel tren no vuelva. Podemos recordar el retraso de los trenes de tus versos con su acostumbrada belleza. Puedo vislumbrar en estos sonetos, a unos niños con sus historias, sus risas y sus cigarrillos escondidos, el humo que se alejaba tras los trenes en su lento vaivén.
    La belleza silva como el tren que nos lleva al leerlo a una añoranza antigua y amable, y nos recuerda una vez más, que los buenos poetas nos endulzan la vida.
    Fantástico poema para una mañana que ya nos conduce, casi a una próxima normalidad.
    felicidades siempre Jesús.

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    1. Hace un tiempo escribía cada año uno o varios poemas con el tren como protagonista para presentarlos al certamen que organizaba Renfe. Nunca conseguí nada, pero los poemas están ahí, algunos editados, otros esperando su momento. Y lectoras como tú, María.

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  3. Adoro los trenes, Jesús, su color de antaño, ese tono grisáceo que describes. Esas sensaciones que, recordadas en tus poemas, se me hacen más cercanas en el tiempo. Locura de trenes con pasos a nivel, sacudiendo mis entrañas bajo el puente. A su paso, como al paso de la vida, le rindes homenaje con elegancia, con palabras que evocan ese pasado, tan cercano y a la vez tan distante. Poemas salidos de tu alma de poeta. Felicidades amigo

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    1. Los trenes tienen un aura de mágica añoranza. Desde casa veía pasar los trenes, mercancías mayormente y contábamos los vagones durante un tiempo que unas veces se hacía largo y otras era más breve. También íbamos a las vías y a la estación en nuestras correrías.

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  4. Jesús, los trenes siempre te evocan tu infancia, tu adolescencia, tu juventud... Bajar a los andenes siempre era una aventura, una nueva experiencia... las primeras salidas de la ciudad eran con los trenes... con la familia, con los amigos. Tus sonetos evocan una época, en la Castilla profunda y paisajística... con tu excelente vocabulario y dominio de la palabra. Bravo Jesús no me canso de leerte!!!

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    1. De pequeño veía pasar los trenes y a veces subía al vagón de tercera para ir a Valladolid. Luego he trabajado en infraestructuras viarias, en ferrocarril y metro. He sido usuario he colaborado en la construcción de caminos férreos y estaciones. Y algo queda, amigo Francisco.

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