lunes, 1 de junio de 2020

Francisco Javier Hernández Baruque, habla de vaho y piedras


AUTORRETRATO

Soy ave y en las nubes me retraso,
herida que sonríe con encono;
el hermano pequeño de ese mono
y la cara de hollín de aquel payaso. 

Yo soy el triunfador de más fracaso;
cual santo pecador, soy el patrono
de todos los defectos, rey de un trono
de cardos, y alto dios de un cielo raso. 

Todo eso sé que soy en uno solo.
Creo que nada más , pero no menos
que un hombre que apellida una careta. 

Un traje de apariencia y protocolo
con bolsos de vacíos casi llenos...
¡Ya veis qué poca cosa es un poeta! 

(ARAÑANDO VAHO, 2006)


MATANZAS

En la crudas mañanas de diciembre
el hielo se teñía de tragedia.
Mataban al cochino
que habíamos criado con las sobras
y al que yo puse nombre.
Se encogía
mi cuerpo entre las sábanas, tapaba
mi cara con la almohada ante sus gritos 
de angustia de persona
y todos los cristales se astillaban
de todas las ventanas en mi pecho.
Luego el primer clamor iba cediendo;
perdía su poder entre la sangre
que yo casi veía a borbotones
mojando los cuchillos y las manos.
El débil estertor,
pulmones con los últimos silbidos.
(Ya oía más la voz del matarife
que el llanto de aquel cerdo degollado.)
Yo, entonces, respiraba por las lágrimas
y ya todo aquel día
mi pecho era un corral penitenciario
donde cuajaban hielos, sangre y gritos
que casi eran humanos y con nombre. 

(EDAD DE PIEDRAS, 2014) 

F.J. Hernández Baruque ( Villanueva de los Infantes, Valladolid, 1952)




3 comentarios:

  1. Dos poemas diferenciados: el primero, el soneto que dice auto retratarse entre la modestia y el poema bien estructurado.
    El segundo, nos sitúa en mañanas del frío invierno, de escarcha cuando al final de año había que matar al cerdo. Eso era lo pactado como cruda realidad. Ahora, en este poema vemos una cruda realidad, pero no deja de ser lo obligado, para eso se cuidaba al cerdo.
    Bien expresado, bien construido me ha llevado a mañanas de un pasado lejano.
    bonitos poemas.

    ResponderEliminar
  2. Un autorretrato fluido para tomar cuerpo de soneto. Matar a animales que han sido criados con esmero es el mayor sacrificio que se nos puede pedir.Y este autor plasma con acierto la pena bien formulada.

    ResponderEliminar
  3. A Francisco Javier no lo conozco personalmente. Llegué a él a través de su cuñada, una antigua compañera de trabajo, que me localizó por Internet y me habló de su poesía. Es de los poetas con quien no descarto compatir un día de versos y vino.

    ResponderEliminar

Félix Maraña

  (Aunque ahora dan a luz, entonces las madres parían. Entonces, por 1953, las madres sólo tenían obligaciones y carecían de los derechos fu...