No hay bandera que valga un sólo muerto.
No hay fe que se sujete con el crimen.
No hay dios que se merezca un sacrificio.
No hay patria que se gane con mentiras.
No hay futuro que viva sobre el miedo.
No hay tradición que ampare la ignominia.
No hay honor que se lave con la sangre.
No hay razón que requiera la miseria.
No hay paz que se alimente de venganza.
No hay progreso que exija la injusticia.
No hay voz que justifique una mordaza.
No hay justicia que llegue de una herida.
No hay libertad que nazca en la vergüenza.
De Pentimento, 2009
(En antología “Contra el olvido” por los atentados terroristas de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia)
(En antología “Contra el olvido” por los atentados terroristas de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia)
Peregrino a la fuerza
Iba
haciendo el Camino de Santiago
con una
concha al cuello.
Sus
ojos eran de hayas en otoño,
su
sonrisa de libro y lo demás,
como
para volver loco al apóstol
cuando
llegase a Compostela.
Así que
la llevé en mi coche
(adoro
el autostop algunas veces)
—Yo
—mentí— también voy de peregrino.
—Prefiero
andar —me dijo— pero gracias,
llévame
a Ponferrada
y ya
seguiré a pie lo que me falte.
“Ponferrada
—pensé— y Finisterre, si te dejas”
Puso el
bastón y su macuto
en la
parte de atrás y se sentó a mi lado.
Casi no
hablaba, pero qué silencios.
Su
perfume a lavanda me hizo olvidar
que yo
no iba a Galicia
y otros
asuntos eran mi destino.
Junto
al castillo de templarios
paramos
a reponer fuerzas.
Cuando
estaba pagando la empanada y el vino,
oí el
motor del coche.
Me dejó
su cayado, la venera,
y un
palmo de narices con recuerdo a colonia.
Caminé
todo el resto del verano
como un
imbécil, con la boca seca,
pero he
ganado el jubileo.
De Juego de damas, accésit del
Premio Pilar Fernández Labrador, 2015
Enrique Gracia Trinidad (Madrid, 1950)
Me gusta la finura y el trazo de sus palabras gracias.
ResponderEliminarEnrique es un poeta dedicado de lleno a difundir la poesía. Se denomina animador cultural (organiza tertulias, talleres, recitales, hace dibujos...), pero es que además es muy buen poeta, el jodido gato. En la red hay mucha información sobre él.
EliminarLa fluidez con que relata el poema una cierta aventura, o percance, como queramos llamarlo, es encantador. Yo que he recorrido esos lugares me parece entrañable, aunque escape de la esencia real del camino.
ResponderEliminarLa descripción del encuentro es tan clara, tan detallada y la vez sencilla, que me parece verlos cada uno en sus afanes y propósitos, bien distintos por cierto. Al final, la dama consigue su propósito, y el caballero llevó a buen término ese camino que terminó con la compostelana en las manos, que es lo que todo peregrino persigue entre otras cosas.
Y tiene mucha razón: no hay bandera que valga un solo muerto.
Ni libertad que nazca en la vergüenza.
una bonita historia para este domingo.
Gracias Jesús.
De nuevo gracias a ti, María. Enrique domina todos los registros poéticos. Aquí solamente consigno dos, pero su obra es digna de visitas lentas y, sin duda, fructíferas.
EliminarUn narrador que aplica la sencillez para narrar unos hechos. Un resultado que no se esperaba y él lo toma como algo que puede ocurrir y sin darle tono dramático. De una manera llana, tranquila y anecdótica. Me gusta.
ResponderEliminarJuego de damas, libro al que pertenece el poema aludido, tiene todo él un tono distendido y humorístico muy bien logrado.
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