La lluvia
Vendrá la lluvia, quizás, tan antigua
como agua nueva
regresando a mis cristales
una mañana de primavera,
estableciendo la frontera exacta
entre el agua que resbala como perlas líquidas,
y yo en mi hábito de observar la belleza
sin querer comprender cómo llega.
Voy de la belleza a la cordura,
de la cordura salto a la locura
y otra vez vuelvo a la belleza incomprendida
con todos mis dioses rotos entrando en el cuerpo.
Quiero ser lluvia, un volumen incierto
sintiendo la transparencia,
un golpe líquido inviolado, inacabado, una quimera
deslizándome en la mirada de mi ventana,
gota que deja de ser gota fundida en el cristal;
aclamación de una huella fugaz,
agua. Desnudarme de repente
y sin explicaciones fundirme
gota o lagrima, agua camino del mar.
Pedro Gómez
(Caldes de Montbui 10 de mayo de 2020)
Pedro ya te dije por wassap, lo que opino de este poema. La lluvia siempre es uma fuente de inspiracion para las poetas... pero tus versos siempre emanan una aureola de magia que te envuelve... Felicidades!!!
ResponderEliminarGracias, Francisco, por tu buena interpretación. La lluvia siempre es una fuente de poesía.
EliminarPedro, como cada uno de tus poemas es música cada verso. Hoy hablándonos de algo tan vital como la lluvia, un elemento, que además de ser esencial para la vida, nos acerca a una dialéctica si quieres romántica. " Vendrá la lluvia, quizás, tan antigua". un verso bellísimo, que nos abstrae ante una ventana y al otro lado, la lluvia. un bonito retrato, un regalo de buena mañana.
ResponderEliminarun gran placer leerte y escucharte siempre.
María, tus comentarios siempre son un estímulo y un halago para vibrar piel adentro. Gracias! La lluvia siempre es un campo de matices, grandes y pequeños, para explorar la poesía.
EliminarPedro has vertido tu lluvia para nosotros en este día claro de sol, bautizando con ese agua poética y endulzandola con palabras: perlas, gotas o lágrimas que se han unido para formar versos envolventes. Bendita sea la lluvia y tu poema.
ResponderEliminarAuri, gracias!
EliminarLa primavera nos engaña, mayo es travieso, en el mismo día nos puede dar el sol y la lluvia. Al escribir, alguna vez he pensado en una lluvia de palabras, que todas cayeran en su sitio, sería un poema.