martes, 24 de diciembre de 2019

FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO AÑO

Pasado ya el solsticio de invierno y concluidas, por este año, tertulias, clases y ensayos, desde POESIA A TRENC D'ALBA queremos desear a todos, creyentes y no creyentes, unas felices fiestas familiares y un año nuevo próspero y saludable.
2020 se nos presenta preñado de trabajo. En enero, aparte del tradicional encuentro mensual en Lliçà de Vall, arrancamos con tres recitales temáticos en Lliçà, Sabadell y Barberà. Iniciaremos también "La Poesia al Carrer" en el Racó del Campanar, donde estaremos, generalmente los primeros jueves de mes, con nuestros poemas y los de otros autores, convidando al público sabadellense a participar con nosotros. De todo esto informaremos en la página de agenda. Estad atentos.
Ahora, lo dicho, felices fiestas y un año culturalmente pleno. ¡Salud y versos!











Aunque le cuelguen arrugas
por los lados al calendario
romperá siempre el alba
un verso como el pan de cada día.



jueves, 12 de diciembre de 2019

SOÑAR: El Luis Arranz más calderoniano.


         

  SOÑAR

(Viviendo un mundo feliz.)




Son sueños… ¡fabulaciones!
¡Intrépidas andaduras!
¡Oníricas emociones
sin barreras ni censuras!

Son… morar dulce utopía.
Germen de imaginaciones.
“Soñar sueños”, cada día,
alimenta corazones.

Sueña el niño en ser mayor;
y, el mayor, con “su pequeño”.
El novicio, en ser Prior
y, el eral, en ser cinqueño.

Sueña el rico –en su riqueza-
ser personaje influyente.
Sueña el pobre -en su pobreza-
no dar lástima a la gente.

Disfrutar la gran ciudad,
sueñan labriego y pastor.
El cura, en ser Santidad.
El vanidoso, en “Señor”.

Sueña con mimar mujer,
quien no encariñó a ninguna.
¡Su amor quisiera tener!
Llora su mala fortuna.

Soñando, damos colores
a apetencias e ilusiones;
forjamos mundos mejores;
cumplimos aspiraciones.

Soñar dormido –o despierto-
es… vivir un mundo nuevo.
Cuando el hombre se haya muerto
¿Continuará siendo un juego?

Soñar no cuesta dinero,
pero induce a la ambición
de lograr el mundo entero;
Los sueños… ¡frágiles son!

Al final… ¿Por qué soñamos?
¿Porque es caricia melosa
que nos place… y disfrutamos?
O es… ¿Seducción candorosa?
¡Anhelamos lo que amamos!
¡Que no se diga otra cosa!


   Luis Arranz Boal



martes, 3 de diciembre de 2019

PEDRO GÓMEZ: el lugar de la memoria


 



La memoria de un hombre está en sus besos, 
escribió Vicente Aleixandre. Pedro Gómez,
acaso sin conocer el verso del nobel,
nos lleva al lugar de la memoria:
el huerto, el lilo, la higuera y los besos.



La memoria de los besos


Nací con los labios hacia el beso
en las tibias sábanas
de un otoño perverso
ciudadano de tu placenta hermosa.
Me acogiste desde tu vientre
en la curva de los abrazos
y mis dedos en tus manos
volviendo a la vida sobre tu pecho,
engarzándome en ti con los ojos.

Crecí como una ciudad del altiplano
en este cuerpo amigo de las raíces,
con un patio,
                        un huerto,
un lilo blanco y un mástil atado al viento,
—niño feliz— volando inocente,
percibiendo el olor deshojado
de las higueras en otoño;
                         sentía pena de crecer,
                         y crecí

dejando que la vida me fuese pintando.

Qué memoria tendrán los besos.

Me despedí de ti
con una herida silenciosa
asomando en tus ojos
                          maternos,
                          pardos,
llenos, perdiendo lentamente la luz.

Caminé el tiempo reponiendo peldaños
para volver, como vuelve el agua,
que alucinado sueño, al mar
anidando su alma de lluvia.

Y volví como vuelven los sigilos 
a una tierra que grita vendavales convulsos.
El huerto ya no tiene lilo,
el patio en su soledad solo es pared,
la higuera quedó deshojada en primavera,
y tú estás dentro de mis arterias.

Escuchar mi voz
es un silencio que quiere ser liberado,
en la calma del paisaje,
volviendo al origen de los aromas
escondidos en la memoria.

Hay canciones invisibles
           sonando como premios.



                   Pedro Gómez

UN CABALLO SIN RECELOS de Encarna Jiménez de la Cruz. Revista poètica 1.26

  Cuando cabalgo, a la grupa, de un caballo sin recelos, por una playa de seda, le doy al agua mis versos. Son palabras engarzadas...