jueves, 22 de septiembre de 2022

Un poema de Auri García


           LO TUYO FUE COBARDÍA

 

 Apenas con dieciséis tempranos años

de tus palabras mi vida dependía.

Tú me decías: «Nunca te haré daño».

Y yo entonces, ingenua, me lo creía.

 

Yo andaba descalza, confiada por la vida,

segura de que tú me rescatarías.

    Tú siempre, con escudos protegido,

jurabas que me querías.

 

No te pilló la lluvia que moja y cala

porque siempre huías a otra parte

escondiendo la cabeza bajo el ala.

De desaparecer tú hiciste un arte.

 

Pero al sentir el ponzoñoso arpón

que con tu impostura me lanzaste

pleno del veneno de tu sinrazón

de tu falta de madurez me liberaste.

 

Yo puse en el asador toda razón

para no tener que llegar a odiarte.

Rompí los cerrojos con los que me ataste

y que volara libre mi corazón,

para no tener que odiar el olvidarte.

 

Hoy cumple dieciséis el fruto de nuestro amor.

Y tu calor brilló por ausente.

Tiene tu parecido, los ojos azules, tu color,

tan igual a ti y a la vez tan diferente.

Él no se echa para atrás;

es sincero, va de frente.


lunes, 19 de septiembre de 2022

Cuatro poemas de Karmelo C. Iribarren

 




LOS PARAGUAS, LOS TAXIS

                              Para Xabier Etxart

Acabo de tirarlo,

35 minutos bajo la tormenta
-esperando un maldito
taxi-
han podido con él.

Pero cómo se ha portado.

Ésa es la diferencia:
los taxis son como ciertos amigos,
nunca están cuando más los necesitas.

Los paraguas, en cambio, mueren por ti.


La frontera y otros poemas (2005)



INTUICIÓN DEL FRÍO

No es el de la niñez,
aquellas mañanas de diciembre,
a lo largo del río,
hacia el colegio.

Ni se trata tampoco de aquel otro
que te sorprendería
años después
más de una madrugada
dando tumbos.

No, este es distinto, este
da miedo:
viene
del futuro.


Otra ciudad, otra vida (2011)



LAS CIUDADES

Me gustan las ciudades, sus plazas,
sus calles, sus esquinas,
sentarme en la terraza de un bar
con un café delante
y dejar que pase el tiempo,
sin hacer nada, sin prisa,
observando esto y aquello,
y luego ir a alguna librería y revolver
un poco en los estantes,
y si hay río cruzar el puente
y repetir la misma operación al otro lado.
Me gusta estar solo entre la gente,
no ser nadie, no tener que ir a ningún sitio
pero poder ir a todos.
Me gusta la primera vez que me asomo
al espejo del baño del hotel,
ese momento de suspense,
recién llegado, cuando
no sabes si va a aparecer tu rostro
o el del último huésped, atrapado aún
en la memoria del azogue.
Me gustan los parques y los ríos
urbanos, pasear por ellos, a su lado,
especialmente en otoño.
Me gustan las ciudades, sí: andar,
mirar, vivir, enamorarme
de esa mujer del vestido rojo…


Las luces interiores (2013)



DOMINGO, TARDE

Qué hago
mirando la lluvia
si no llueve.                                                                                  

Las luces interiores (2013)




viernes, 16 de septiembre de 2022

UCRAÏNA 2022, de Carmina Ferreres


 

UCRAÏNA  2022

 

Ella, mentre cuida la mare cega,                                                   

barrina “ho faig o no ho faig: ell tot sol?”

El nen marxaria lluny de sa terra:

de Zaporiyia, en tren com un home

a Bratislava, molt lluny del seu poble.

“ho faig o no hof aig?, és la seva vida”.

 

La guerra fa pedaços de sa vida

un pensament fixe i tràgic l’encega.

Cap cot, el seu home armat deixa el poble.

La mare la trava de sol a sol.

Més, “Ho faig o no ho faig. No, no és un home

el meu fill. Com deixar la nostra terra?”

 

Els vells ,molts, resten esclaus a la terra.

La clorofil·la no copsa la vida.

Dels radiadors, si, veu aigua l’home.

Molt depauperat, l’ucraïnès cega

llós defalleix, amb tots, sec a ple sol.

No reconeix el seu venerat  poble.

 

Ho fa! Amb onze anys el fillet deixa el poble.

Ella sanglota tot mirant a terra.

Ho fa! Bossa i passaport, ell tot sol,

a la ma escriu un mòbil cercant vida

A ella valerosa, la guerra encega,

si torna , haurà fet del nen  un fort home.

 

A l’andana abrigalls gruixuts. Cap home.

Gorres: roses, verdes, colors del poble.

Una mare, fill per banda, va cega

amb maleta de vides ran de terra.

Bastons, cadires de rodes , la vida,

poc a poc expira com un gresol.

 

En el tren fam, set, enyor, ell tot sol

veu un gosset blanc en braços d’un home,

com a ell, li salven la menuda vida.

Porta un paper a la cintura  i del poble

estant, l’apropa a una llunyana terra,

un bon voluntari, amb grat, l’assossega.

 

El poble jove carrega armes. Sol

un home roí guerreja una terra

i cega el rellotge a un país amb vida.

 

                                                        Carmina, maig del 2022

 

martes, 13 de septiembre de 2022

Ana de la Arena: dos poemas

 



Ella se sentía exuberante

como la selva de sus cabellos rojos.

Ella había sido exuberante

como la sudestada

que cuelga inalcanzable

y alborota los peces del río.

Ella era exuberante

como el zonda

sequedad y potencia.

Ella se sentía exuberante

en los diálogos con el benteveo

jugando a la escondida

en las ascuas del fuego líquido.

Ella era exuberante

en la espuma de los besos

en el hambre de los que comen

de vez en cuando.

Ella se sentía exuberante

en el jadear de las palabras

de amor y olvido.

Ella seguía exuberante

en las chispas fugaces

de las miradas lascivas.

 

Cuando se quemó la casa

las cenizas perseguían

las ascuas,

contra los mosaicos.

Sin freno se quemaron

todas las exhuberancias

en la misma hoguera.


Ana de la Arena       

Sabadell, septiembre/2021



Master class


Platicando con las notas                          

sin dominio.

Tendida al galope

una charla libre de pulso y latidos:

                                   No me digas eso.

                                   Dímelo suave.

                                   El idioma es lo de menos.

                                   Lo de menos.

 

La música dialoga

entre robots mitológicos,

ninfas que hunden el aire

sonrisas de las teclas negras.

 

No. No jugamos en el bosque

con faunos frenéticos

que el respirar de las plantas

persiguen y enarbolan

el rugoso tronco,

el placer contagian

como el agua que libre brota y

huella deja.

 

Ana de la Arena

Sabadell, octubre/2021

 


 


viernes, 9 de septiembre de 2022

DOS POEMAS MARINOS. Jesús Pico

 

 


            LLANTO

 

Están llorando sangre

los pescadores.

La mar mece su barca

como una cuna.

La mar es una madre,

abre su vientre.

 

Está la luna alta

y nadie duerme.

Están llorando sangre

los pescadores

 

y la mar boca arriba

está llorando,

está llorando peces

sobre la barca.

 

Ya se fueron en sangre

los pescadores.

El mar vino gritando

de madrugada.

 

Está la luna alta

y nadie duerme.

Están llorando sangre

madres y esposas.

 

 

 

SOLEDAD DE LOS PUERTOS

 

Soledad a la orilla del mar.

 

Soledad Sola da un beso a una ola.

 

¡Ay si fuera espuma, si sirena

fuera!

           Mas no.

                         Es Soledad Espera.

 

Soledad de los Puertos,

que ya el marino ha muerto.


De ORTO (1979)                                                                 


Llanto. Alfredo González Vilela

 

 

 

 

UN CABALLO SIN RECELOS de Encarna Jiménez de la Cruz. Revista poètica 1.26

  Cuando cabalgo, a la grupa, de un caballo sin recelos, por una playa de seda, le doy al agua mis versos. Son palabras engarzadas...