domingo, 20 de junio de 2021

Recital dedicado a Daisy Zamora. 05

 

QUÉ MANOS A TRAVÉS DE MIS MANOS



Las anchas manos pecosas y morenas de mi abuelo
con igual destreza vendaban una herida,
cortaban gardenias
o me suspendían en el aire feliz de la infancia.
Las manos de mi abuela paterna
artríticas ya cerca de su muerte,
una vez fueron frágiles manos, filigrana de plata,
argolla de matrimonio en el anular izquierdo;
pitillera y traguito de scotch o de vino jerez
en atardeceres de blancas celosías
y pisos de madera olorosos de cera,
recostada en su chaise-longue leyendo trágicas historias
de heroínas anémicas o tísicas.
Mi padre siempre cuidó la transparencia de sus manos
delicadas como alas de querube
hechas para lucirlas
con violín o batuta.
Mi madre heredó las manos de mi abuelo Arturo,
pequeñas y nudosas, con dedos romos.
De tantas manos que se han venido juntando
saqué estas manos.
¿De quién tengo las uñas, los dedos,
los nudillos, las palmas, las frágiles muñecas?
Cuando acaricio tu espalda,
las óseas salientes de tus pies
tus largas piernas sólidas,
¿Qué manos a través de mis manos
te acarician?


Daisy Zamora

Recita Joan Torrijos

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CUANDO LAS VEO PASAR



Cuando las veo pasar alguna vez me digo: qué sentirán
ellas, las que decidieron ser perfectas conservar a toda costa
sus matrimonios no importa cómo les haya resultado el marido
(parrandero mujeriego jugador pendenciero
gritón violento penqueador lunático raro algo anormal
neurótico temático de plano insoportable
dundeco mortalmente aburrido bruto insensible desaseado
ególatra ambicioso desleal politiquero ladrón traidor mentiroso
violador de las hijas verdugo de los hijos emperador de la casa
tirano en todas partes) pero ellas se aguantaron
y sólo Dios que está allá arriba sabe lo que sufrieron.

Cuando las veo pasar tan dignas y envejecidas,
los hijos las hijas ya se han ido en la casa sólo ellas han quedado
con ese hombre que alguna vez quisieron (tal vez ya se calmó
no bebe apenas habla se mantiene sentado frente al televisor
anda en chancletas bosteza se duerme ronca se levanta temprano
está achacoso cegato inofensivo casi niño) me pregunto:
¿Se atreverán a imaginarse viudas, a soñar alguna noche
que son libres
y que vuelven por fin sin culpas a la vida?



Daisy Zamora

Recita Luis Arranz

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A UNA DAMA QUE LAMENTA LA DUREZA DE MIS VERSOS



Sucede que cuando salgo, lo primero que veo
es un vagabundo que hurga en la basura.
A veces, una loca sombrea su miseria
frente a mi casa. Y el vacío de sus ojos insomnes
entenebrece la luz de la mañana.

Esquinas y semáforos invadidos por gentes
que venden cualquier cosa… enjambres de niños
se precipitan a limpiar automóviles
a cambio de un peso, un insulto, un golpe.
Adolescentes ofertan el único bien: sus cuerpos.
Mendigos, limosneros, drogadictos: la ciudad entera
es una mano famélica y suplicante.

Usted vive un mundo hermoso: frondosas arboledas
canchas de tenis, piscinas donde retozan
bellos adolescentes. Por las tardes
niñeras uniformadas pasean en cochecitos
a rubios serafines.
Su marido es funcionario importante.
Usted y su familia vacacionan en Nueva York o París
y en este país están sólo de paso.

Lamenta mis visiones ásperas. Las quisiera suaves,
gratas como los pasteles y bombones que usted come.
Siento no complacerla. Aquí, comemos piedras.





Daisy Zamora

Recita Jesús Pico

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sábado, 19 de junio de 2021

Recital dedicado a Daisy Zamora. 04


CELEBRACIÓN DEL CUERPO





Amo este cuerpo mío que ha vivido la vida,
su contorno de ánfora, su suavidad de agua,
el borbotón de cabellos que corona mi cráneo,
la copa de cristal del rostro, su delicada base
que asciende pulcra desde hombros y clavículas.

Amo mi espalda pringada de luceros apagados,
mis colinas translúcidas, manantiales del pecho
que dan el primer sustento de la especie.
Salientes del costillar, móvil cintura,
vasija colmada y tibia de mi vientre.

Amo la curva lunar de mis caderas
modeladas por alternas gestaciones,
la vasta redondez de ola de mis glúteos
y mis piernas y pies, cimiento y sostén del templo.

Amo el puñado de pétalos oscuros, el oculto vellón
que guarda el misterioso umbral del paraíso,
la húmeda oquedad donde la sangre fluye
y brota el agua viva.

Este cuerpo mío doliente que se enferma,
que supura, que tose, que transpira,
secreta humores y heces y saliva,
y se fatiga, se agota, se marchita.

Cuerpo vivo, eslabón que asegura
la cadena infinita de cuerpos sucesivos.
Amo este cuerpo hecho con el lodo más puro:
semilla, raíz, savia, flor y fruto.

 Daisy Zamora

Recita Araceli Moretó

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Para mi abuelo Vicente, desde enero hasta su muerte



I


Tú y yo poseemos un marco de silencio

que nadie penetra

y en el que solo platicamos

tú y yo.

 

Porque del mismo manantial brotamos

del mismo árbol, de la misma piel.

Y en el camino, de nuevo nos encontramos

y nos reconocimos.

Aunque había mucha gente y te llamaban,

tú te quedabas sentado en la vereda y me esperabas.

 

Era yo muy pequeña cuando me encontraste,

y a tu sombra, fresca como de sauce,

me cobijé y crecí tranquila.

Tus ramas se extendían flexibles como lirios

y detenías las lluvias, los vientos y las fieras.

Solo la luz entraba filtrada entre tus hojas.

 

Hoy soy fuerte y a ti

se te han ido las hojas con el viento de enero.

Pero no te aflijas, que ya he visto retoños

brotar entre tus ramas.

Pasará la sequía, y cuando mayo llegue

tus ramas estarán cubiertas de hojas tiernas.

Y de nuevo habrá lluvias, y sequías y vientos. . .

Pero tu savia es fuerte,

tendrás retoños nuevos,

y tu sombra, fresca como de sauce,

rumorosa y flexible,

permanecerá viva para siempre.

 


II


 ¿Por qué te fuiste?

 

Los bambúes que sembraste a la orilla del camino,

los heliotropos y las gardenias preguntan por ti.

Los rosales te esperan y las gencianas dobles.

Los jazmines y las gemelas

la llama-del-bosque y las acacias

los mangos-enanos y los guanacastes

el laurel-de-la-India y los cardoncillos,

todos preguntan qué cuándo regresarás.

 

El chilamate del patio adoquinado

cada día te espera con su sombra abierta

y la pitahaya no quiere florecer hasta que vuelvas.

 

Desde que te fuiste

las ranas ya no cantan en las noches de lluvia

y las quiebra-plata no brillarán más.

 

La fuente está oscura y callada,

tu cuarto desierto, tu hamaca vacía,

tu escritorio, tu sombrero, tu capote y tu mochila,

tu machete y tus botas,

todos están quietos y te esperan.

 

¿Por qué te fuiste?

¿Por qué dejaste todo lo que amabas?

                                       ¿Por qué?

 

 

III

 

Ahora quisiera regresar —inútilmente—

a los últimos días dolorosos

llenos de medicinas y visitas y voces,

de instrucciones y horarios y angustia contenida.

Y de aquella esperanza, pequeña y persistente,

que ninguno decía, pero que de algún modo

—no me explico por qué—

los dos guardábamos.

 

Quisiera regresar aún más todavía

a los días en que agarrabas contento tu machete

y te ibas muy temprano a ver los animales,

y la penca, y todos los detalles de la finca.

Y a la hora del almuerzo nos contabas

de los recién nacidos terneros,

de la nueva presa de la finca en Boaco

y de la posible compra de guapotes y camarones

para llenarla.

De las latas de miel que había que embotellar,

y de la siembra de naranjas y mandarinas,

de la cosecha y de las lluvias,

y de la tierra, que tanto amabas

porque tú la habías trabajado con tus manos.

Y después sentados en el corredor

platicábamos viejas historias en el frescor de la tarde.

 

Pero más que todo eso quisiera

regresar hasta los más antiguos días

aquellos en que me diste el mote de «hoja chigüe»

—por fregar tanto—

y me dabas volantines en la cama

y por las noches

me hacías ejercicios de lectura en los periódicos.

 

Y después, me acostaba y soñaba los juegos

que juntos jugaríamos la siguiente mañana.

 

 

IV

 

En realidad, lo más terrible de tu muerte es

aquello de llegar a la casa y no encontrarte.

Aquella persistencia del vacío

que no importa lo que me esfuerce

sé que allí está y que, además

nunca habrá manera posible de romperlo.

 

 

V

 

Hoy regresó la lluvia, la misma lluvia de antes.

El zacate está verde y el camino lodoso.

Y todo como siempre, pero nuevo y distinto,

igual y distinto.

 

Porque es la antigua lluvia que vuelve

como tú que te fuiste y estás aquí conmigo

(porque se puede estar y no estar al mismo tiempo).

Y has estado siempre y seguirás estando,

como la lluvia de hoy que es de ayer y mañana,

que ha sucedido siempre sin final ni principio,

y nadie sabe cuándo fue el primer aguacero.

                                                                                  



Daisy Zamora

Recita Carmina Ferreres

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viernes, 18 de junio de 2021

Recital dedicado a Daisy Zamora. 03


MENSAJE URGENTE A MI MADRE



Todas íbamos a ser reinas,
y de verídico reinar;
pero ninguna ha sido reina
ni en Arauco ni en Copán. . .
Gabriela Mistral



Fuimos educadas para la perfección:
Para que nada fallara y se cumpliera
nuestra suerte de princesa-de-cuentos infantiles.

¡Cómo nos esforzamos, ansiosas por demostrar
que eran ciertas las esperanzas tanto tiempo atesoradas!

Pero envejecieron nuestros vestidos de novia
y nuestros corazones, exhaustos,
últimos sobrevivientes de la contienda.
Hemos tirado al fondo de vetustos armarios
velos amarillentos, azahares marchitos.
Ya nunca más seremos sumisas ni perfectas.

Perdón, madre, por las impertinencias
de gallinas viejas y copetudas
que sólo saben cacarearte bellezas
de hijas dóciles y anodinas.

Perdón, por no habernos quedado
donde nos obligaban la tradición
y el buen gusto.

Por atrevernos a ser nosotras mismas
al precio de destrozar todos tus sueños.


Daisy Zamora

Recita Paquita Guerra

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VUELVO A SER YO MISMA


Cuando entro con mis hijos a su casa, vuelvo
a ser yo misma.
Desde su mecedora ella
nos siente llegar y alza la cabeza.
La conversación no es como antes.
Ella está a punto de irse.
Pero llego a esconder mi cabeza
en su regazo, a sentarme a sus pies. Y ella me contempla
desde mi paraíso perdido
donde mi rostro era otro, que sólo ella conoce.
Rostro por instantes recuperado
cada vez más débilmente
en su iris celeste desvaído
y en sus pupilas que lo guardan ciegamente.


Daisy Zamora

Recita Antonio Bizarro

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jueves, 17 de junio de 2021

Recital dedicado a Daisy Zamora. 02


DÍA DE LAS MADRES



A mi hija e hijos


No dudo que les hubiera gustado tener
una linda mamá de anuncio comercial:
con marido adorable y niños felices.

Siempre aparece risueña —y si algún día llora—
lo hace una vez apagados reflectores y cámaras
y con el rostro limpio de maquillaje.

Pero ya que nacieron de mí, debo decirles:
Desde que era pequeña como ustedes
ansiaba ser yo misma —y para una mujer eso es difícil—
(Hasta mi Ángel Guardián renunció a cuidarme
cuando lo supo).

No puedo asegurarles que conozco bien el rumbo.
Muchas veces me equivoco,
y mi vida más bien ha sido como una dolorosa travesía
vadeando escollos, sorteando tempestades,
desoyendo fantasmales sirenas que me invitan al pasado,
sin brújula ni bitácora adecuadas
que me indiquen la ruta.

Pero avanzo. Avanzo aferrada a la esperanza
de algún puerto lejano
al que ustedes, hijos míos —estoy segura—
arribarán una mañana
—después de consumado
mi naufragio.

Daisy Zamora

Recita María Naranjo







AMIGAS / HERMANAS      


                  A Marta Cecilia Zamora Llanes

 

Nada sucedió como lo habíamos previsto.

Pero estábamos recién llegadas a la vida

como a una gran ciudad.

Aturdidas por el bullicio de la multitud.

(Éramos como garzas a la vera de un río.

Heliotropos radiantes en la primera lluvia.

Un campo de algodón bañado por la luna)

¿Cuándo fue que la Muerte empezó a visitarnos?

¿En qué momento, a cada una

por fin, nos alcanzó el desastre?

¿Cómo sobrevivimos a la devastación?

No lo sabemos. Cada quién hizo lo que pudo.

En la tierra arrasada quedaron los escombros

que hemos dejado atrás.

Pero a veces, sin quererlo, de pronto recordamos

que alguna vez las ruinas fueron antiguos reinos.

―Espejismos de reinos para el alma desierta.



Daisy Zamora

Recita Gracia Espino




miércoles, 16 de junio de 2021

Recital dedicado a Daisy Zamora. 01


VÍDEO PRESENTACIÓN

por Ana de la Arena


SER MUJER

A María Guadalupe Valle Moreno

Haber nacido mujer significa:
poner tu cuerpo al servicio de otros,
dar tu tiempo a otros,
pensar sólo en función de otros.

Haber nacido mujer significa:
que tu cuerpo no te pertenece,
que tu tiempo no te pertenece,
que tus pensamientos no te pertenecen.

Nacer mujer es nacer al vacío.
Si no fuera porque tu cuerpo-albergue
asegura la continuidad de los hombres
bien pudieras no haber nacido.

Nacer mujer es venir a la nada.
A la vida deshabitada de ti misma
en la que todos los demás —no tu corazón—
deciden o disponen.

Nacer mujer es estar en el fondo
del pozo, del abismo, del foso
que rodea a la ciudad amurallada
habitada por Ellos, sólo por Ellos,
a los que tendrás que encantar, que engañar,
servir, venderte, halagarlos, humillarte,
rebelarte, nadar a contra corriente, pelear,
gritar, gritar, gritar
hasta partir las piedras,<atravesar las grietas,
botar el puente levadizo, desmoronar los muros,
ascender el foso, saltar sobre el abismo,
lanzarte sin alas a salvar el precipicio
impulsada por tu propio corazón
sostenida por tus propios pensamientos
hasta librarte del horror al vacío
que tendrás que vencer
sólo con tu voz y tu palabra.

Daisy Zamora

Recita Ana de la Iglesia

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FIEL AMA DE CASA       


Todo terminó con la Luna de Miel:

azahares, cartas de amor, llantos pueriles.

Ahora reptas a los pies de tu señor:

primera en su harén,

tomada o abandonada según capricho.

Madre de los hijos de su apellido

oreando tu abandono

junto al tendedero de pañales

estrujando tu corazón

hasta despercudirlo en la ropa blanca.

Acostumbrada al grito, a la humillación

de la mano servil ante la dádiva.

Mujer arrinconada.

Sombra quejumbrosa

con jaquecas, varices, diabetes.

Niña guardada en estuche

que se casó con su primer novio

y envejeció escuchando el lejano bullicio

de la vida

desde su sitial de esposa.

 

Daisy Zamora

Recita Auri García

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martes, 15 de junio de 2021

Recital de mayo. Araceli Moretó

 Araceli no pudo acompañarnos en este recital, pero pone un memorable colofón resumiéndolo con un guiño cómplice a casi todos los participantes. ¡Chapeau!


RECITAL DE MAYO


Si Juan se va a buscar su destino

en alas de una paloma,

Ana lee su vuelo al trasluz

y anda inventando cuentos,

mientras que Miguel Hernández,

se sienta sobre los muertos,

Mayo da Iuz a la primavera

y extremeñas mariposas

vuelan alrededor de la tarde.

 

En Venecia, sugerente,

muestra el amor su fuerza,

mientras nuestro Federico,

en la amiga voz de Pepe,

se nos va de Romería

y campesinos de Aragón,

cantan jotas de labranza

y la Gracia que tiene Córdoba,

luce poema y semblanza.

 

Imma, en tanto, reflexiona

sobre vida y mentiras

y canta un pastor poeta

a la mujer cordobesa

y una galleguiña recita,

Mientras quede corazón,

para admirar mariposas,

airosas,

caprichos de colores,

aleteo de los vientos,

la sirena que no trobarà la mar,

como no la trobarà

El reguero de agua clara,

mentre... Al tunnel de la mort

d'uns ulls vius i transparents,

algú hi veu comprensió.

                                                                                                                                                  

¿Otro paseo por Córdoba?

¡Y fin de la exposición!



Araceli Moretó

Mayo, 2021





lunes, 14 de junio de 2021

Recital de mayo. Jesús Andrés Pico

 VENECIA

 Cada vez que volvemos a Venecia

tornamos al pecado sinuoso,

cruzamos los canales del deseo

y surcamos por horas la lujuria

del agua y de la historia que nos lleva.

Como dedos las calles se entrecruzan,

estrechas, abrazadas, expectantes,

prometiendo penumbras tras las máscaras.

Podemos permitirnos tomar un café en la plaza San Marcos

mientras suena la música y acaricio tu pierna

por debajo de la mesa. Podemos permitirnos

ser amantes detenidos en el tiempo y la sonrisa.

Cada vez que venimos a Venecia nos amamos

en una habitación distinta, con la misma sed

y las mismas fuerzas, jadeantes y lozanos,

como si nunca hubiéramos estado en Venecia

y se fuera a  hundir la ciudad en el Adriático

como se hunde mi carne en tu carne.

                                                                      

Jesús Andrés Pico

de “Los nombres del agua” (Teruel, 2020)

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domingo, 13 de junio de 2021

Recital de mayo. María Naranjo


RIMA LXXIII

Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron. 


La luz que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho;
y entre aquella sombra
veíase a intérvalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.

 
Despertaba el día,
y, a su albor primero,
con sus mil rüidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:

 
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

 
De la casa, en hombros,
lleváronla al templo
y en una capilla
dejaron el féretro.
Allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros. 


Al dar de las Ánimas
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos,
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron,
y el santo recinto
quedóse desierto. 

De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba
que pensé un momento: 

¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos! 

  De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.
El luto en las ropas,
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.

 
Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo.
Allí la acostaron,
tapiáronle luego,
y con un saludo
despidióse el duelo. 


La piqueta al hombro
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
La noche se entraba,
el sol se había puesto:
perdido en las sombras
yo pensé un momento:

 
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos! 


En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre niña
a veces me acuerdo. 

Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
Del húmedo muro
tendida en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos…!

 
¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos. 

Gustavo Adolfo Bécquer
Recita María Naranjo
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sábado, 12 de junio de 2021

Recital de maig. Aleix Diz


Horitzó

 

Els anys giravolten, amb exactitud,

repetint ombres puntuals

a les cites del calendari.

 

Però alguna cosa no quadra.

No plou igual, ni bufa el vent

com abans bufava.

 

Se’ns han trencat els refranys.

Tant se val si la Candelera riu o plora,

que cada dia un raig

no serà pas pel maig.

 

Ja no tornen els anys

a la casella de sortida.

S’han oblidat de l’etern retorn

quan hem acabat d’assassinar

el Déu immanent a tot

que abans ens protegia.

 

Es com si haguéssim desmuntat

i tornat a muntar, malament,

el gran rellotge.

 

Els anys ja no són

ni tant sols assemblats

a ells mateixos.

Més aviat, semblen lluitar

per veure quin d’ells

exagera més la febre

que ens devora.

 

I ens han retornat

aquell Déu terrible,

distant i transcendent,

que a la fi ens aguaita.

 

Aleix Diz Ardid

13 maig 2017

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viernes, 11 de junio de 2021

Recital de mayo. Pilar Pérez Merinero

 

A UN REGUERO DE AGUA CLARA

 

Reguero de agua clara:

bajabas al son de la tormenta,

horadando el camino recién hecho.

(Tu curso de antaño escudriñando).

Te lo han quitado una y otra vez

con la máquina moderna que apisona

tu arena libre, tus ideas

y tus cantillos rodados por pisadas y carretas.

Buscas, medio ciego y cuesta abajo,

veloz, el cauce que tuviste;

por más que era muy pobre

y tú muy joven.

Cobijado en nubes de tinta y grises

-este mayo pinta en paleta bicolor el cielo-

quieres seguir el recorrido natural

trazado antaño y a él vuelves,

alegre, esperanzado, vivaracho.

Tu curso se trazó en el mapa del destino

y alguien lo cambió, cortando un flujo

de promesas hechizadas,

alocadas, pero ciertas.

¡Baja recto hacia el arroyo! ¡Ya no pares!

Seguras tus aguas,

alimentan huertos, manantiales…

Te necesitan los pájaros del cielo

los seres todos de la tierra,

y eres un pobre regatillo de nostalgia.

 

                 Pilar Pérez Merinero                    

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jueves, 10 de junio de 2021

Recital de maig. José Sánchez del Viejo

 

NO TROBARÀS LA MAR


Si un dia véns a casa
te mostraré es jardí,
un núvol que tenc al pati
i la flor de gessamí.

No trobaràs la mar.
La mar fa temps que va fugir.
Un dia se'n va anar
i em va deixar aquí.

Deixaré sa feina per tu,
ses eines damunt sa taula.
Tancaré bé sa finestra
i es vent no em robarà cap paraula.

No trobaràs la mar.
La mar fa temps que va fugir.
Un dia se'n va anar
i em va deixar aquí.

Trobaràs noves flors
i fruites a sa taula,
i una cançó per a tu
que fa temps que tenc guardada.

No trobaràs la mar.
La mar fa temps que va fugir.
Un dia se'n va anar
i em va deixar aquí.

I més tard, quan te'n vagis,
serà l'hivern cada nit.
Jauré en el mateix llit
amb la fredor en els llavis.

No trobaràs la mar.
La mar fa temps que va fugir.
Un dia se'n va anar
i em va deixar aquí.



María del Mar Bonet

Recita José Sánchez del Viejo

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ESCUCHA AQUÍ LA CANCIÓN  



miércoles, 9 de junio de 2021

Recital de mayo. Lupe García Araya

 

 VEN EN MI BUSCA


Ven en mi busca

cuando el sol te despierte

y tus manos sean grandes.

Porque entonces yo seré la rama más alta

de todo el espacio;

y la nube que te llueve ahí dentro.

 

Estaré sentada en aceras blancas,

como esperando la guerra

y los niños me dirán adiós desde sus ventanas.

O quizás sean ángeles

que vuelan de regreso hacia el cielo.

Estaré muerta o viva,

pero esperando madrugadas dulces

donde el primer rayo me desvele tu nombre.

 

Aquí estaré, bordando sobre el agua,

que vengas a buscarme.

 

                        Lupe García Araya

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martes, 8 de junio de 2021

Recital de mayo. Luis Arranz

 

 MARIPOSA

 

Pocos insectos despiertan tanta curiosidad y admiración como una mariposa


 Pequeña, grácil, airosa.

Capricho de mil colores.

Impulsiva y veleidosa.

Volteando un mar de flores,

se atisba una mariposa.

 

¡Cuánta paz! ¡Cuánta belleza

nos transmite tu aleteo!

La madre Naturaleza

nos regala este flirteo

de sutil delicadeza.

 

¿En qué linda mansión vives?

Del rastrojo al candeal,

un poema sobrescribes.

Del vergel, hasta el erial,

por secarrales y aljibes.

 

Curiosa y despreocupada.

Afanosa exploradora,

deleitas cualquier mirada.

Ágil circunvoladora,

recelosa y alocada.

 

Tu presencia es un saludo.

Fantástica luminaria

que –seguirte- nadie pudo.

Aeronauta solitaria

en un mundo sordo y mudo.

 

Lo imprevisto no te frena.

Eres la magia que, al sol,

de primor el campo llena.

¡De los cielos, arrebol!

¡De los vientos, la sirena!


Luis Arranz

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UN CABALLO SIN RECELOS de Encarna Jiménez de la Cruz. Revista poètica 1.26

  Cuando cabalgo, a la grupa, de un caballo sin recelos, por una playa de seda, le doy al agua mis versos. Son palabras engarzadas...