Un rugido, un temblor...
en las entrañas de la tierra.
Un grito de horror
y cientos y cientos,
de edificios derrumbados.
Miles y miles de muertos,
heridos y desaparecidos.
Ser pobre tiene un precio
en la vida y en la muerte...
Vivir o morir,
depende muchas veces,
de una ruleta que atrapa
la inocencia de los pobres,
y preserva la vida de los ricos.
Así es esta humanidad
imperfecta e injusta,
donde impera la indecencia
de las negligencias culpables...
Y la Tierra herida,
se cobra los tributos
de la mala planificación...
y desata la tormenta
del rugido de muerte y sufrimiento.
La Tierra, no tiene sentimientos...
No hay fuerza más insolente,
que la fuerza bruta del planeta.
Las placas tectónicas,
no entienden de edificios
mal construidos y mal diseñados.
No entienden de asentamientos
incontrolados en zonas de peligro...
No entienden cómo los pueblos
son subyugados por gobiernos
corruptos y despiadados...
Siempre pagan los mismos...
No hay solución, ni a corto
ni a largo plazo...
Este es el precio a pagar:
La muerte y el sufrimiento
de los más débiles.
Solo nos queda la Solidaridad.
La Ayuda Internacional
y el milagro a cuentagotas,
de vidas salvadas entre los escombros.
Y ese milagro de inocencia
de niños rescatados con vida.
A cuenta gotas,
después de horas o días,
salen de las entrañas ruinosas
de sus viviendas...
Algunos, con una sonrisa,
ajenos al horror y al sufrimiento.
Solo nos queda la Solidaridad,
la Ayuda Internacional,
y el recuento macabro
de los muertos y heridos.
También nos quedan algunas sonrisas
de niños ajenos al horror...
Ahora, el invierno crudo,
acecha con su guadaña de muerte
las esperanzas de sobrevivir...
Terremotos imposibles de prevenir.
Pero, hay terremotos, que surgen de la
tierra,
y hay terremotos, que surgen de la
maldad...
Estos, son los más dañinos.
¡Réquiem por la humanidad!...
Francisco Lira. Febrero 2023.
Qué fotografía has hecho Francisco, más exacta. Las palabras sencillas que dibujan la realidad es el retrato mejor hecho. Cómo no echar de menos tus relatos, cuando por fuerza mayor te ausentas. La vida nos trae y nos lleva a capricho, sobre todo, cuando el amor impera en el corazón de los hombres. Suerte, que el amor a la poesía te mantiene con los ojos abiertos y las palabras bailando delante de ti.
ResponderEliminarMe alegro pensando que estás cerca.
Magnifico retrato.
Un poema que viene a colación con el terremoto ocurrido en Marruecos y todos
ResponderEliminarlos desastres que ocurren. Expresas muy bien toda las congoja que sufrimos, en tu poema.