viernes, 19 de junio de 2020

Dos poemas de la canadiense Anne Carson

Yo

Oigo pequeños chasquidos dentro de mi sueño.
La noche gotea su taconeo de plata
espalda abajo.

A las cuatro. Me despierto. Pensando
en el hombre que
se marchó en septiembre.
Se llamaba Law.

Mi rostro en el espejo del baño
tiene manchas blancas en la parte baja.
Me enjuago la cara y vuelvo a la cama.
Mañana voy a ver a mi madre.


Ella                                                          

Vive sola en un brezal al norte.
Ella vive sola.
La primavera se abre como una cuchilla allí.

Yo viajo en trenes todo el día y llevo muchos libros –
unos para mi madre, algunos para mí
que incluyen Las obras completas de Emily Brontë.
Es mi autora favorita.

También mi principal temor, al que trato de enfrentarme.
Cada vez que visito a mi madre
siento que me convierto en Emily Brontë,
mi vida solitaria a mi alrededor como un páramo,
mi torpe cuerpo recortándose sobre los barrizales con una apariencia de transformación
que muere cuando atravieso la puerta de la cocina.

¿Qué cuerpo es ese, Emily, que nosotras necesitamos?


Anne Carson (Toronto, 1950)

Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020

 


lunes, 15 de junio de 2020

Francisco Lira, Anguita en el recuerdo


ELEGÍA A JULIO ANGUITA

Un campo de amapolas

le da brillo a tu coherencia.

Julio Anguita en la historia

serás siempre referencia...

Franqueza y honestidad

son tus banderas de fuerza,

tus ideas e intelectualidad,

tus enseñanzas que siembran

las semillas de la verdad

y los brotes de las ideas...

¡Julio Anguita, el Califa

de tu Córdoba querida!

Que llora tu ausencia

supurando por las heridas...

No ha habido un político

más honesto que Anguita,

maestro de los discursos

y dialéctica exquisita.

Hizo del respeto al contrario

la bandera más pacifista,

pero con verbo revolucionario

y propuestas de justicia.

Tu vida fue ejemplar,

tu muerte una tragedia,

por injusta, y con pesar

te fuiste con la pandemia.

Tu corazón dejó de vibrar,

tu cabeza hizo academia,

nunca nos dejarás de enseñar

con tu obra y tu entereza.

Un compendio de coherencia,

un señorío caballero,

de cultura y enciclopedia

maestro, y gran compañero...

Julio Anguita el Califa

de culturas y romanceros...

debates que abrían las ninfas

de profundos pensamientos...

El vacío que nos dejas

lo llenaremos con sentimientos

nosotros los  poetas,

con versos y reconocimiento

a una persona coherente

reconocida por el pueblo.

¡Este poema es rebelde

y queda para el recuerdo!

 Francisco Lira

 

 Imagen: Internet

domingo, 14 de junio de 2020

Ana de la Arena, recuerdo de un país que encarcelaba la libertad


HA PASADO

 

 Ha pasado,

desconocido,

aquel tiempo

en que te escribía

al penal.

Habrán reído

los carceleros,

habrán tachado y

cortado

manoseado el

papel que

atraviesa

el muro..

Habrás reído

o habrás llorado

crítico, irónico

ante el sinsentido

de la censura.

El sinsentido

de las palabras

violadas.

Ni tu nombre recuerdo

ni el numero de celda

juraría acabado en siete.

El aliento

de aquel papel

transparente

embolsado en

las tripas del buzón.

¿Las leías

para usarlas

de papel higiénico?

La costra de las heridas

ya no importa,

no sanan

del todo

los tatuajes negros,

dibujados

una y otra vez...

 

Siempre es así

o parece así.

Cuando se acaba todo

encuentras

las palabras justas.

Ten en cuenta

que solo es

una experiencia

personal.

 

Ana de la Arena / Sabadell


Imagen tomada de Internet

sábado, 13 de junio de 2020

Carmina Ferreres i el seu Tànatos particular


EL MÉS ENLLÀ 

 

Amb quanta llum avenço

cap a la foscor,

amb  quan de brogit

cap el silenci.

 

Quanta cridòria i quant moviment

m’atansa a la quietud.

 

Que bonic el camí del cap enlloc.

 

Quants càlculs que no seran,

quantes forces espargides,

quants sospirs deturats a la gola.

 

Quan de res soc jo.

 

Quan no hi seré,

restaré en la vostra memòria.

 I només seré

el que dicti la vostra voluntat.

 

Mare Natura,

feu que trobi el broc

per a vessar

allò

que em doni vida eterna

en ells.

 

Tan sols un petit bocí.

 

     Carmina Ferreres                                                                    



Imágen tomada de Internet

jueves, 11 de junio de 2020

Auri García, dos poemas en cuartetos de luna

 

 

 ¿QUIÉN TE HIZO DE HERMOSURA? 




(Requiebros del enamorado a su amada)



¿Quién hizo de tus lágrimas collares

y las ensartó con hilos de seda?

Quien a tu llanto mostró la vereda

lo convirtió en perfume de azahares.



¿Quién le dio carácter a tu hermosura

perfilada con pincelada fina?

¿Quién otorgó esbeltez a tu figura

y a tus rasgos de porcelana china?



¿Quién donó prioridad a tus antojos

a tus esperanzas, miel de dedada?

¿Quién puso candelas en tus ojos

para quedar prendido en tu mirada?



¿Quién te emplazó de ángel vestida

con el tul y tus formas clareadas?

¿Quién te preludió de blanco ceñida,

ungida como Reina de las Hadas?









¿Qué es amar?



Amar es esa herida que está abierta

que no se cierra y te golpea incierta.

Es el alto precio que hay que pagar

por tener el privilegio de amar.



Amar te da vida y también la quita.

Te da una de cal y una de arena.

Dejar de amar te confina en la pena,

amar es sufrir condena infinita.



Amar es atar a los sentimientos

al mundo de dudas que se desvela

al instinto donde el amor revela

azul cielo y averno de sufrimientos.



Amar es sentir con el inconsciente,

darles alcance a nuevas dimensiones,

navegar en un mundo de pasiones,

ya no son igual pasado y presente.



Amar es la pasión contradictoria

al girar te da la muerte o la vida,

gozar y penar ya nunca se olvida

al dejarte llevar por esa noria.




Auri García


                                     

miércoles, 10 de junio de 2020

Araceli Moretó, escribir por imperativo temporal


MATAR EL TIEMPO

 

Hoy quisiera escribir por aquello de matar el tiempo.

Quisiera plasmar en este papel aquello que pienso.

Quisiera deciros que, aún siendo feliz por fuera y por dentro,

a veces me siento morir sin venir a cuento.

 

Hablaros del mundo donde yo me muevo.

Contaros mil cosas y, en este papel, leéroslo luego.

Sentir que me escuchan mientras yo lo leo.

Sentirme arropada, por fuera y por dentro.

 

Contaros que, a veces, un simple paseo

me llena de gozo todo un día entero.

Ya veis si soy simple, por fuera y por dentro.

No sé si es virtud, o si es un defecto.

 

Hoy quisiera explicaros mil cosas de nuevo.

Deciros que a veces a mi pensamiento

 acuden palabras que casi no entiendo

y que al descifrarlas, aún entiendo menos.

 

Quisiera escribir por matar el tiempo.

El tiempo me apresa, por fuera y por dentro.

Soy su prisionera y no sé cómo hacerlo,

pues me falta tiempo para comprenderlo.

 

Llegará el mañana con su día nuevo

y volveré de decir: quisiera escribir aquello que pienso

y seguiré callada por fuera y por dentro.

Me faltan palabras. No sé. No sé cómo hacerlo.

 

Araceli


Imágenes tomadas de Internet        

(Imagen 2: Asís, revista Librújula, enero/febrero 2019) 


martes, 9 de junio de 2020

Jesús Pico, los trenes del recuerdo


CABELLERA DE TRENES

Para Ana 

                         Cabellera era de trenes

la tarde

                                 DÁMASO ALONSO


                     La memoria es el territorio de la ausencia

                                           RAMÓN GARCÍA MATEOS

  

 II            


Primos del aire, de la tarde primos,

de los pinos y el roble corpulento,

instalados en un verano lento

asombro y juego, como todos, fuimos.

 

Mirábamos sentados en racimos

pasar los vagos trenes: humo al viento,

carbonilla, sol, cierto desaliento

con que luego a vestirnos aprendimos.

 

Larga tarde de larga simetría,

temblorosa de azul y primavera

el corazón de Dios adormecía.

 

Niños de entonces: lenta enredadera

de estacionado tiempo nos cubría

viendo peinar de trenes la ladera.

 

IV

 

Un balasto de penas me sustenta,

absorbe vibraciones de mis años

y corta, horizontal, por aledaños

miradores de sol y de tormenta.

 

Camina pesarosa mi osamenta

vestida con los últimos engaños

por raíles de luna y desengaños

hacia un fanal de sombra descontenta.

 

Vago vapor en viento detenido

sobrevuela la noche del ayer

entre las nubes negras del olvido.

 

Olvidar es morir y envejecer

es recordar a veces lo vivido

y el tren aquel que nunca ha de volver.

 

VII 


El luto es amarillo cual la pena

de un otoño cruel y del ocaso,

amarilla de andenes y retraso

languidece la vida su azucena.

 

Amarillo es el sol y su condena,

el veneno en el fondo de aquel vaso

apurada la bilis del fracaso,

amarilla la cera sin colmena.

 

Amarilla de espera la bandera

que nunca vio cumplida su victoria,

la pálida y temida mensajera,

 

amarillo es el oro en vanagloria,

el membrillo que aroma la madera

y este punto final de toda historia.

 

VIII

 

En la tarde pasaban lentos trenes

y nosotros contábamos vagones,

cumpleaños, cigarros, ilusiones,

con el viento ciñéndonos las sienes.

 

Pasaban lentos trenes en vaivenes

sobre los encogidos corazones

sintiendo trepidantes vibraciones

lejos de la estación y los andenes.

 

Tornábamos un punto silenciosos

saltando las traviesas de la vida,

caminando raíles tormentosos,

 

buscado entre la escoria fenecida

oscuros corazones milagrosos

para incendiar la noche estremecida.


XI

 

Cambian los tiempos, los hombres, sus obras,

hasta el planeta cambia y el universo.

Echo la vista atrás desde este verso

hecho todo vaivenes y zozobras,

 

cabellera de trenes, maniobras

en grisácea tarde sin reverso,

concéntrico ondular donde disperso

ilusión como sal, algunas sobras

 

de lo que fui, de aquello que aún anhelo

ser, le pese al tiempo o a Dios le pese,

un poco de fe, mucho desconsuelo.

 

Cenizas por cabellos tiene el día,

como cinta las sienes le ciñese

este pasar de trenes y agonía.

 

De  De decires y alondras (2017)

 

Jesús Andrés Pico



Imágenes: antigua línea Valladolid-Ariza.

lunes, 8 de junio de 2020

Vicente Rodríguez Manchado, dos poemas con son de agua y cielo


TORMES 

En la contemplación del agua
lavas horas, tinta, pasos
que vuelan como hojas
de otoño.
No amanece aún bajo tus arcos
y ya la orilla está colmada
por un brillo de ánsares viajeros. 

Nacen siglos de ti, de cada luna
sumergida en estas aguas,
Lázaro,
nuevas todavía.
Ni capiteles, ni volutas,
dicen tu estampa, no te contienen
sino frágiles juncos o feraz maleza.
Y mis ojos, sí, mis ojos,
ahora,
lavándose en el libro del desamparo,
casi invisibles tras el aire. 

Como al nacerte, 
Tormes,
desde la nieve.

 


SONATA PARA VIOLÍN SOLO 


...Incluso cuando estoy solo, camino entre los hombres. 

(Lêdo Ivo, Plenilunio, Vaso Roto ediciones, 2010) 



Deserté de los hombres, de su inmisericordia, 

Y fui cigüeña. En un mar de hojarasca establecí mi reino 

Y junto al agua hallé los restos 

De sus vidas. Hojarasca y maleza adornan hoy 

Las paredes más nobles de mi albergue. 

Las glorias, el precioso don de sus gargantas 

Que se fija en el negro 

Perfil de símbolos escritos, olvidados, 

Son ahora mis sábanas, cortinas 

O el juguete espiral de mis polluelos. 

Deserté de los hombres. Fui cigüeña. 

Sobrevolé las horas más frías de la noche 

Sumergida en espacios silenciosos, más allá de los círculos 

Que abrigan la ciudad. En los abismos 

Claros del horizonte, 

He dibujado sendas invisibles para ti, para vosotros. 

Y ni siquiera en los anocheceres 

Abandoné la voz desnuda de mi nido. 

Supe al instante que en aquellas regiones delicadas 

Lo inalcanzable borra sus contornos, 

Que la luna se aferra a mi batir de alas. Y fui ave. 

Supe tejer la red de un escenario breve, fértil, 

Urdido en interludios de sol y migraciones blancas. 

Recorrí viejas rutas inscritas en mis ojos por un sueño. 

Y amé la lentitud, casi el letargo, de los caracoles. 

Rocé la magia, el bucle impredecible de las m ariposas. 

Deserté de los hombres. Fui cigüeña. 

Vi sus rostros oscuros sombreados por bolsillos vacíos, 

Y abracé la ternura desahuciada. 


(Poema Finalista, galardonado con el Primer Premio en el Certamen Literario 

VI DIA INTERNACIONAL DE LA POESÍA EN SEGOVIA 2015 

por votación unánime del Jurado y posterior votación de los demás finalistas.) 



Vicente Rodriguez Manchado (Martiago, Salamanca, 1957)

 






                                                                    


domingo, 7 de junio de 2020

Ana Medina, la sonrisa del sur


SONRISA VANA

 

Variable como el viento

 es el ciclo de la vida.

Todo lo da a manos llenas:

juventud, belleza, lozanía.

 

Pero ¡Ay! Cuando se aleja,

todo lo que da, lo quita,

y en el sentir de su ausencia,

crece mi melancolía,

 al caminar por la senda,

 esa senda polvorienta,

que antes fue alfombra florida.

 

Llorando está el alma mía,

 porque sufre y se revela.

Se siente tierra baldía,

que un día cubrió la hierba,

 mas después secó la vida

y por siempre estará yerma.

 

A veces piensa en mañana

de demencia poseída,

con media sonrisa vana,

medio muerta, medio viva.

 

Caerán lluvias de otoño.

 Veré la hierba crecer,

 hierba de mi propio entorno

y yo empequeñeceré,

desde la copa hasta el tronco.

 

Ana Medina (Belalcázar, Córdoba)



Encarna Jiménez de la Cruz, ofrenda al desamor


BRINDIS

 

Hoy brindo por las palabras

que no se pueden decir,

por los corazones rotos

sin atreverse a latir.

 

Hoy yo levanto mi copa

y brindo en mi soledad,

por las almas oprimidas,

por los sueños sin lograr.

 

Por todo lo que he perdido,

por lo que nunca será,

por lo que un día deseamos

sin alcanzarlo jamás.

 

E. Jiménez de la Cruz




viernes, 5 de junio de 2020

Jorge Luis Borges, la ceguera inefable



Límites

De estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido

a Quién prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.

Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifronte, Jano.

Hay, entre todas tus memorias, una
que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
quieras decir inolvidables cosas.

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.

Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son lo que me ha querido y olvidado;
espacio y tiempo y Borges ya me dejan. 

De El otro, el mismo (1964)

Jorge L
uis Borges (Buenos Aires, 1899 - Ginebra, 1986)



Borges. Dibujo a lápiz de Marcelo F. de Abreu



Imagen tomada de Borges todo el año

jueves, 4 de junio de 2020

ANA DE LA ARENA y los lúdicos vocablos


Juego con las palabras que no son nada ni entrelazadas

 

Quiero un vivir provisional

acaparado de egoísmo azul

envuelto en gusano de seda

sin asomar la cabeza por algún modo

 

Reniego del ataque del trágico final

del consuelo que solo suma penas

de las odiosas comparaciones

 

Me faltan brazos en la lana cardada

para disfrutar del foso del colchón

saltar en medio hasta el hastío

saltar y saltar hasta tocar el fondo

y ahí quedarme como la moneda

sola en la fuente  de la suerte.

 

Ana de la Arena (Sabadell, mayo, 2020)

 


miércoles, 3 de junio de 2020

AURI GARCÍA, cuéntame un cuento


UTOPÍA

Cuéntame un cuento sin lobos,
ni ogros, ni historias macabras,
en el que no haya monstruos,
ni brujas ni madrastras malvadas.

Cuéntame un cuento que sea diferente,
en el que no muera la gente
y no haya guerras ni batallas.
Y un mundo en comunión transite
y se abrace en las plazas.

Cuéntame un cuento que sea cierto,
en el que no haya prevaricaciones,
 la verdad sea el acierto
y gobierne los corazones.

Cuéntame un cuento de agua potable,
que no escasee y llegue a todos
y no margine la piel diversa.
Qué sirva para lavar banderas,
y aparezcan los *países sin fronteras.

Cuéntame un cuento que hable
de caminos sin virulencia.
Mares con puertos solidarios
y sin agravios la existencia.

Cuéntame un cuento de valor,
de princesas que no estén cautivas
sino luchando con un dragón
al que han ganado la partida.
  
Cuéntame un cuento, te lo ruego,
tú que visionas destellos de futuro.
Que se cumpla de utopía el deseo.
Tú, de soñar premonitorio
 sueña, que llegará ese día.

Cuéntame un cuento con final feliz,
que, a estas alturas creeré cualquier cosa.
Antes que estar angustiada
y ver como el mundo se disgrega
como lo hacen los pétalos
de una flor cortada.                                                                           

              Auri


Utopia, Tomás Moro




martes, 2 de junio de 2020

GRACIA ESPINO, jardín sin jardinero

      

JARDINERO


Ya viene y serpentea, viene,

camina por un sendero

con temor de tropezar,

sembrando los sentimientos.

Y temiendo el recordar,

¡son duros esos recuerdos!

Solo mendiga cariño

para tiempos venideros.

La vida se equivocó

mandando el agua al desierto

y mi jardín se secó

esperando al jardinero.

A los otoños dorados

las hojas se le cayeron

yo quería recogerlas

pero ellas no quisieron.

El pensamiento afligido

en una bellota entró

guardado en lo más profundo

allí solo se encontró.

La encina sintió congoja

de compartir los secretos

un día ya incomodada

los lanzó a los cuatro vientos.

 

Gracia Espino

 

 

 

 Imagen tomada de Internet

lunes, 1 de junio de 2020

Francisco Javier Hernández Baruque, habla de vaho y piedras


AUTORRETRATO

Soy ave y en las nubes me retraso,
herida que sonríe con encono;
el hermano pequeño de ese mono
y la cara de hollín de aquel payaso. 

Yo soy el triunfador de más fracaso;
cual santo pecador, soy el patrono
de todos los defectos, rey de un trono
de cardos, y alto dios de un cielo raso. 

Todo eso sé que soy en uno solo.
Creo que nada más , pero no menos
que un hombre que apellida una careta. 

Un traje de apariencia y protocolo
con bolsos de vacíos casi llenos...
¡Ya veis qué poca cosa es un poeta! 

(ARAÑANDO VAHO, 2006)


MATANZAS

En la crudas mañanas de diciembre
el hielo se teñía de tragedia.
Mataban al cochino
que habíamos criado con las sobras
y al que yo puse nombre.
Se encogía
mi cuerpo entre las sábanas, tapaba
mi cara con la almohada ante sus gritos 
de angustia de persona
y todos los cristales se astillaban
de todas las ventanas en mi pecho.
Luego el primer clamor iba cediendo;
perdía su poder entre la sangre
que yo casi veía a borbotones
mojando los cuchillos y las manos.
El débil estertor,
pulmones con los últimos silbidos.
(Ya oía más la voz del matarife
que el llanto de aquel cerdo degollado.)
Yo, entonces, respiraba por las lágrimas
y ya todo aquel día
mi pecho era un corral penitenciario
donde cuajaban hielos, sangre y gritos
que casi eran humanos y con nombre. 

(EDAD DE PIEDRAS, 2014) 

F.J. Hernández Baruque ( Villanueva de los Infantes, Valladolid, 1952)




UN CABALLO SIN RECELOS de Encarna Jiménez de la Cruz. Revista poètica 1.26

  Cuando cabalgo, a la grupa, de un caballo sin recelos, por una playa de seda, le doy al agua mis versos. Son palabras engarzadas...