sábado, 31 de diciembre de 2022

COMPONER, RECITAR…

 

Poema donde se combinan métrica, orden alfabético y semántica.



Los poetas recitamos.

Los poetas componemos.

Los poetas sugerimos.

Los poetas, siempre, somos

del verbo, oficiantes sumos.


Al escribir, se abre un faro

que ilumina tu sendero.

Exhalas hondo suspiro

cuando encuentras tu tesoro:

“un poema noble y puro”.


Ante un público expectante,

no nos ponemos disfraz.

A quien nos viene de frente,

demostramos honradez.

En caso que alguien nos pinte,

que lo haga en la nariz.

Lanzamos, al horizonte,

la fuerza de nuestra voz

y, a quien, perdido, pregunte,

le irradiamos nuestra luz.


Cuando el escollo aparece,

un buen trovador mesura.

Cuando el poema amortece,

el autor, al fin, clausura.

Cuando el poeta florece,

versar, en dicha, procura.

Cuando el lirismo entristece,

la inspiración se satura.

Cuando el rapsoda merece,

la buena Musa le augura.


A pesar de la tristeza,

la poesía existe.

A pesar de la censura,

la poesía resiste.

A pesar de la pobreza,

la poesía subsiste.

A pesar de la incultura,

la poesía persiste.

A pesar de mi torpeza,

este poema leíste.


Luis Arranz Boal 


martes, 27 de diciembre de 2022

Una Navidad Atípica

Pronto llegaría la Navidad. Aquel año los tutores se propusieron que fuera distinta. En el orfanato eran cada vez más los niños internados. Tantos comensales limitaban mucho la ingesta de postres, golosinas y hasta los alimentos básicos escaseaban, no formando parte del menú ni tan siquiera en tan señaladas fiestas. 

Juan se ofreció a cortar el césped a la Sra. Mercedes y reparó la valla del jardín que amenazaba con caerse. Ella agradecida le obsequió con una gran bandeja de suculentas galletas recién horneadas.

Julio ayudaba a una pareja de disminuidos físicos, Ana y Alberto, en las tareas varias; la colada y la compra, sobre todo. Y ellos le correspondieron con parte de la leche en polvo y el queso que recibían de la Ayuda Social.

Cristian, un adolescente con dislexia, que debido a este problema aún no se había sacado el graduado, recibió la ayuda de Felipe, el mayor de todos y el que sacaba las mejores notas. Cristian construyó para el orfanato, un Nacimiento precioso confeccionado en cartón de roca.

Esteban se ganó a los chicos del barrio y los convenció para que formaran un equipo de futbol. Por pura desidia siempre holgazaneando por las calles del pueblo e inventando nada bueno, perdiendo lastimosamente el tiempo. Sus padres agradecidos aunaron voluntades y les regalaron una suntuosa cesta de productos navideños. Un jamón destacaba de los demás productos.

Llegó tan esperado día y por primera vez se podía ver y traducir el espíritu navideño, en abundancia. Las caras sonrientes, las hambres desatadas. Habían juntado las mesas y colocado sobre ellas todos los manjares obtenidos con su trabajo y la buena voluntad de las gentes..

Se hizo la hora de la cena y aquellos muchachos que habían hecho posible aquel festín no aparecían.

No tardaron mucho. Julián llegó acompañado por la Sra. Mercedes. Poco más tarde apareció Julio con Ana y Alberto que manejaban con destreza la silla de ruedas. Felipe se pasó a buscar a Cristian. La profesora y los profesores se mostraban encantados con el Nacimiento y alabaron las buenas manos de este muchacho. También el equipo de futbol quiso acompañarles y su entrenador, Esteban, se sentía orgulloso.

Todos los improvisados invitados aportaban bebidas y refrescos. Fue la primera vez que los mayores pudieron brindar con cava. Una gran pancarta recorría el salón donde los pequeños habían dado color a las enormes letras que expresaban ¡¡¡Feliz Navidad Solidaria!!!

Aquella noche clara. Tan clara que parecía que la Vía Láctea iba a acabar derramando, sobre la tierra, infinidad de estrellas chiquititas, Papá Noel se afanaba en entregar sus regalos: Juguetes, mantas, ropa de abrigo y mucha leña para alimentar la vieja chimenea; donde solían reunirse las noches de invierno para contar cuentos. Papá Noel estaba tan contento, que hasta se permitió hacer una elipse en el cielo con el trineo y la ayuda de los renos.

¡¡¡Jojojooo!!! ¡Feliz Navidad Muchachos!           

Auri García 

viernes, 2 de diciembre de 2022

EL SOL PALIDECIÓ, poema de María Naranjo

 

EL SOL PALIDECIÓ

 

Subí al borde de la nada

donde los sueños descansan

y el atardecer se inclina

buscando allí la esperanza.

 

No alcanza el conocimiento

para aceptar la palabra,

la que amenaza en mis sueños

para borrarme tu cara.

 

Aún no puedo comprender

el silencio que desgarra,

mientras mi alma se aferra

a ese perfil de tu rostro.

 

Muchas veces me pregunto

como si en sueños hablara

que ha sido de aquella dicha

que despierta contemplara.

 

Muchas veces voy soñando

con el mar o la montaña,

el sigilo de la noche

o el eco en la madrugada.

 

No me alcanza la razón

para aceptar que tus ojos,

esos que me dan la luz,

se escondan tras la ventana.

 

Nunca el sol palideció

de repente y desolado

dejando un alma tan fría

como temblando mi alma.

 

María

UN CABALLO SIN RECELOS de Encarna Jiménez de la Cruz. Revista poètica 1.26

  Cuando cabalgo, a la grupa, de un caballo sin recelos, por una playa de seda, le doy al agua mis versos. Son palabras engarzadas...