I
Verseo con el ceño fruncido
y las botas puestas.
Escribo un verso
que no es mentira.
Abro la tapa con un cuchillo
negro.
Las raíces del ombú golean
baldosas flojas.
Con sus negros troncos, los jacarandás
visten de violeta entretejido cielo.
El hornero ya no habita
su laberinto de barro.
Y,
abro la tapa con una cuchillo
negro.
Dialogo con él,
el de la voz áspera,
el que se agarrará a trompadas
y se hundirá en el barro.
¡Que me vengas a buscar!,
tengo las botas puestas,
la tapa abierta
y el cuchillo clavado.
Ana de
Sabadell, abril/2023
Más próxima a las lágrimas de cebolla
que a las de cocodrilo,
más próxima al viaje entre las sábanas
que al de motores aéreos,
transcurrió su tiempo de deberes y obligaciones.
En la recta final de la carrera,
no buscarà el podio ni la medalla.
Gastado el combustible, invierte el
de reserva en el trazo solitario
de una carta, que no es una carta,
como el perdón no es a si misma.
Ana de
Sabadell, mayo/2023
Ana. Sorprendida como cada una de las veces que leo algo escrito por ti. Y es que tienes el don del factor sorpresa. Dinámica, juvenil, activa, en tus poemas y en tu vida
ResponderEliminarEnhorabuena.
Gracias, me das oxígeno y agua para seguir.
ResponderEliminarAna, con tus versos, me haces detenerme para asimilas esas palabras, que por encima de todo, son bellas. Siempre espero poemas tuyos. Me encantan siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias Maria compartir contigo y los demás compañeros del grupo, es un privilegio y un aprendizaje importante.
ResponderEliminarHola, Ana, te felicito por tus poemas. Recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Jaume. Es un privilegio saber que me lees.
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