Ven en mi busca
cuando el sol te despierte
y tus manos sean grandes.
Porque entonces yo seré la rama más alta
de todo el espacio;
y la nube que te llueve ahí dentro.
Estaré sentada en aceras blancas,
como esperando la guerra
y los niños me dirán adiós desde sus ventanas.
O quizás sean ángeles
que vuelan de regreso hacia el cielo.
Estaré muerta o viva,
pero esperando madrugadas dulces
donde el primer rayo me desvele tu nombre.
Aquí estaré, bordando sobre el agua,
que vengas a buscarme.
Lupe García Araya
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