TIERRA POLICROMADA
¡Blanca en invierno… Castilla!
El verde primaveral
te hace –en verano- amarilla
y te da un ocre otoñal.
Colores que te hacen bella,
a ti… ¡Tierra agreste y recia!
Castilla… ¡Hermosa doncella
para quien te ama y te aprecia!
Aunque el clima esté cambiando
y tu paisaje se altera,
el vigor te va forjando
y el impulso te empodera.
Hay que salir a los ríos,
a los prados, a los montes…
Visitar los caseríos,
traspasar tus horizontes…
¡Oh! Castillas Nueva y Vieja
Mesetas de Tajo y Duero,
de tierra parda y bermeja,
de hombre curtido y severo.
¡De mies que, a tu piel, se aferra!
Con la garra del verano
y el deshielo de la Sierra,
cubres de espiga el secano.
Cuna de fuertes heladas;
de ardua inclemencia invernal;
de sequías y riadas
que hacen de la huerta, erial.
De tormentas estridentes
y asoladores
granizos.
De amaneceres silentes
y atardeceres rojizos.
De pastores, y de ovejas,
por veredas contrahechas;
de casas nuevas y viejas;
de labores y cosechas.
De altozanos y llanuras;
de valles y serranías;
de monjas, frailes y curas…
de misas todos los días.
En cada casa, un dolor;
en cada pueblo, una herida;
en cada hombre, un valor
que le honre en justa medida.
¡Castilla contemplativa,
donde la vida se acaba!
¡Tan generosa y activa…!
¡No seas jamás esclava
de gente torpe y lesiva!
Luis Arranz
Bien describes a tu amada Castilla en este poema, Luís. Una secuencia de estrofas que nos hablan de esas tus raíces, con refinada maestría. Conocerla a través de tus poemas es un privilegio.
ResponderEliminarUn cuadro plasmado en una hermosa tierra, paisajes que se anteponen ante tus ojos para disfrutar de tan majestuosos lugares. Me ha llevado un verso a mis tiempos escolares, donde era: Castilla la Vieja, Castilla la Nueva. Nadie podría negar la maestría del profesor, a la hora de plasmar unas bellísimas estrofas rimadas.
ResponderEliminarComo siempre, buen trabajo Luis.