Hay árboles jóvenes que se talan sin motivo
y su sangre verde riega el suelo ceniciento.
Hay padres que entierran a sus hijos.
Hay sangre en la guadaña del ayer y del ahora,
savia sin futuro.
¿Recuerdas
aquellos cachorros recién nacidos
que
no quería nadie y desaparecían de la noche a la mañana,
y el llanto lastimero de la madre
los buscaba o quizás despedía en el hogar del frío?
¿Recuerdas
a Aylan en una playa de Turquía?
¿A
tantos niños sin infancia y sin futuro
poniendo rostro a la pavana de Labordeta,
en Gaza, en Ucrania y en las guerras sin nombre
que no interesan a este lado de los mapas?
Para
que tu vida sea más larga,
¡qué
breve la de otros!
¿Sabes
cuántos jóvenes mueren en las guerras?
¿Y
en accidentes de carretera?
¿Has
oído hablar del club de los veintisiete?
¿De
las poetas suicidas?
Tú
que gustas de la poesía,
¿has
sentido la necesidad de quitarte la vida?
¿Te
has parado a pensar cuántos poetas
han muerto antes de los cincuenta?
A
veces siento mi existencia tan corta como la suya.
Estoy
muerto y ahora sueño
la
vida que no tuve.
Estos días, todo son buenos deseos, felicitarnos unos a otros. Pero lo que dice tu poema, Jesús también está dentro de estos días que todos hablan de felicidad. Da la impresión que tengamos que endurecernos, aunque algunos ya estamos endurecidos, otros parece que declaran la guerra al mundo. Y aquí estamos en este aglomerado de locura, pero aquí estamos. A pesar de todo, tú siempre sacas belleza a los poemas, a pesar de los pesares. Yo os deseo a todos, PAZ y unos días tranquilos. Con todo mi afecto.
ResponderEliminarGracias. No es un poema para estos días en que se desea una paz que no existe y unos buenos deseos que no se cumplen. Se ha publicado ahora, pero podría serlo en cualquier fecha.
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