Brisa sin par, olor sobre la roca
sabor pegado a la boca, de sal.
En el aire se mezclan los efluvios,
del elocuente aroma de mar.
Olas intermitentes con su ronda,
engañan al agua cambiante, amorfa.
Espuma de la ola, cresta fustigante,
sayón de acantilados penitentes.
El mar, espejo de color tornasolado,
de cielos claros obviando nubes
que besan el mar, beso de esponja
cúmulo de aerosol llorando lluvia.
Penumbra de sol y luna titubeantes,
eclipses osados, reyes de la sombra,
con negra radial muerde los astros,
tierra en tinieblas y mar en brumas.
Atletas del océano a mar abierto,
delfines corren radiantes sin meta,
saltando pista libre de obstáculos.
Y el agua les presta a sus siluetas
un esbozo de crines ondulantes.
Auri
Una bonita descripción, Auri, de este gran milagro que es el mar, que refleja claramente y con detalle, cuantos estados, en él se producen. Se siente su fuerza, se siente su paz, la vida en sus aguas, el cielo, un cielo de mar.
ResponderEliminarUn gran poema Auri. Tanto en el fondo, como en la forma. Un lienzo marítimo, pleno de poesía y belleza. 👏👏👏
ResponderEliminarGracias amigos. No hay nada como moverse en el entorno de poetas amigos.
ResponderEliminarApreciada Auri. En ese espejo de mar puedo sumergirme, llevada por la melodía de tus versos. Podría bailar, subir a esa roca y balancearme en ese espacio bellísimo que nos regalas
ResponderEliminarGracias. A quien no le gusta la naturaleza tan bella y siempre a nuestro alcance.
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