A la mujer abnegada,
por encima de a quien pese.
Por mucho que ha nacido
con el corazón encogido
como si esclava naciese.
A la mujer valiente,
que rompió con las cadenas,
harta de llantos y penas
decidió levantar la frente.
A la mujer constante,
que briega con tempestades.
Sacando adelante a los suyos
que son sangre de su sangre;
que no se los toque nadie.
A la mujer resurgida,
de las brumas de la historia.
Enarbolando su bandera,
dueña de su rango y estima
aunque haya quien no quiera.
A la mujer cariñosa,
La que regala sus dones.
A la dulce generosa,
la que supera eslabones
hasta convertirse en Diosa
Auri.
Bien por este poema. Las mujeres, la mujer, en términos generales necesita ser escuchada y tenida en cuenta y eso es lo que mediante la poesía, se puede pedir. Aunquer se ha conseguido mucho, queda mucho más camino por andar. La mujer que resurge de sus propias cenizas y es pieza impresindible merece, como no, poemas como el tuyo.
ResponderEliminarBello poema Auri. Parece que algo se reconoce a la mujer, pero falta mucho para llegar a una normalidad, que todas esperamos, que creo que merecemos. De todas formas en esta vorágine que es el mundo, no sé yo qué alcanzaran las mujeres del futuro.
ResponderEliminarPero gracias por tu granito de arena, que es mucho.
Gracias por vuestros comentarios, amigas poetas. Es un honor contar con vosotras
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