¿Por qué los vientos me empujan
a las flores del azahar
de los floridos naranjos
que yo quisiera abrazar?
En las noches cordobesas
el puente romano canta
fandangos a la Mezquita
y me secan la garganta.
Cuando la luna
que alumbra
en tus noches
calurosas
dibuja en tus
blancas calles
la silueta de
dos sombras.
Dos sombras que
se perdieron
sin quejas y sin
quejido
alejándose de ti
por caminito
partido.
¡Háblame, luna,
si quieres!,
y dime si sigue
hermosa
Córdoba con su Mezquita,
Medina Azahara y
Calahorra.
Caminas entre
tesoros
con andares de
Sultana
enterrados bajo
siglos
de las ciudades
romanas.
¡Dime lunar
luminoso!,
esa historia del
pasado
de esta ciudad
tan hermosa
que arraigada en
mí ha quedado.
¿Por qué los vientos
me llevan
a los recuerdos
pasados?,
que me parece
tener
columnas
a mi costado.
Más si yo
fuera un hada
y Córdoba
mi pulsera
me
impregnaría de amor
acogedor
de esa tierra.
Volaría
como golondrina
cristalizando
el dolor
y al
patio de los naranjos,
le
robaría su olor.
Gracia, un poema entrañable. Lleno de añoranza y nostalgia cordobesa... Un cuadro pintado con versos de amor a Córdoba, patrimonio de la humanidad, donde reflejas un mosaico de recuerdos, sentimientos y emociones, que te llegan al corazón. Precioso y bello, donde bailan los versos cuando lo lees. Un 👏👏
ResponderEliminarUna oda preciosa a Córdoba la llana, con mucho amor y estilo. ¡Guay!
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