(Vista, oído, olfato, tacto y gusto)
Tengo ojos para mirarte,
pero… no te puedo ver
porque no quieres mostrarte.
¡Me dejaste de querer…!
¡Ya no puedo contemplarte!
Tu dulce voz me sonaba,
como música, en mi oído.
Tu risa me enamoraba…
Y tu llanto lo he perdido
cuando más te deseaba.
Esa aroma y ese olor
-que, juntos, acompañaban
tu lozanía y candor-
con su esencia, deleitaban
el ímpetu de mi amor.
El contacto con tu piel
fue, para mí, una delicia.
Me seducías con él.
Mi mano, con su caricia…
¡era el más dulce pincel!
Siento el sabor, en mi boca
-aunque sólo sea un sueño-
de aquella pasión tan loca…
en que creí ser tu dueño.
Hoy… ¡Eres como una roca!
Si no puedo ya besarte,
notar tu perfume, oírte,
ni verte, ni acariciarte…
Me condenas a decirte
que, al final… ¡He de olvidarte!
Bravo Luis un poema de amor con enjundia
ResponderEliminarGraciaaaaas
EliminarLuis
Muy buen poema, que llega a la experiencia como la vida misma
ResponderEliminarUn poema de amor, con una maestría de métrica y rima, envidiable...
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