Era muy
joven para comprender
que
contigo había llegado mi suerte,
que yo
había nacido para querer
y mi
destino fue quererte.
Con tu
aíre sencillo, campestre,
subías
despacio la hondonada,
en tu mano
un junco llevabas,
en la boca
una flor silvestre.
Y yo, que
con placer salía,
que solo
me importaba tu persona,
me tomaba
tu amor a broma
cuando te
hallabas presente.
Me asomaba
a ver como subías
con la chaquetilla
al hombro
y cuál no
sería mi asombro
que el
sol, ante ti, deslucía.
A pesar de
que no te lo quise hacer ver,
que ante
ti no lo aceptaba,
tu cariño
por entonces ya se colaba
en mi alma
encariñada y en mi ser.
Y así
nuestro amor florecía,
día a día
se veía crecer,
si nuestra
juventud nos sonreía
cómo no te
iba a querer.
Auri.
Auri, que bonito y auténtico se viven los amores de juventud❤️💓 Nostalgia añoranza, por aquellas vivencias de emociones que bailaban en nuestros corazones.... 💓😍
ResponderEliminarSí Francisco todos hemos pasado por algo parecido. Gracias.
EliminarHermoso amor de juventud, cuando éramos pura inocencia, cuando creíamos el mundo casi perfecto. Pero quien no ha tenido un amor de juventud??
ResponderEliminarbonito poema Auri.