Cuando yo me
vaya
de este mundo
para siempre,
que me
recuerden los versos
que en mi vida
yo escribiere…
Cuando mi vida
se apague
y me vaya con
la muerte,
que no lloren
por mí
y que nadie
venga a verme…
Cuando mis
miedos dominen
la negrura de
repente,
que nadie vaya
a mi tumba
que mi alma no
estará presente…
Cuando yo me
vaya
de esta vida
para siempre,
no lloréis mi
ausencia
ni el vacío que
yo deje…
Me iré
recitando poemas
hasta que me
llegue la muerte,
seguiré
escribiendo versos
y acariciando
mi suerte…
Flotaré en un
universo
de alegrías y
placeres,
y soltaré el
lastre de mis penas
y luego… volaré inerte…
Cuando yo me
vaya
de esta vida
para siempre,
¡que me
recuerden los vivos
y los versos
que yo escribiere!
Francisco Lira.
(diciembre 2022)
Un poema excelente, para reflexionar. Al leerlo te quedas con ese mensaje para la hora que sin quererlo te ha de llegar. Muy expresivo.
ResponderEliminarGracias Auri. Es cierto, ese desenlace es ineludible, y con nuestros años, las reflexiones son recurrentes...
ResponderEliminarInevitable destino de todo ser viviente. Un buen tema, del que a veces huimos. Pero que es indispensable asumir como cierto. Un poema que da para pensar en ello. Buen poema.
ResponderEliminarGracias Araceli.
ResponderEliminarHoy hablas, Francisco, de un viaje inevitable. Estoy de acuerdo con tu poema. Para mí es un viaje alegre, el viaje que nos librera de pesares y de dolor, que nos encumbra por encima de las nubes.
ResponderEliminarMe gusta tu poema.