Vendrás a llamar a mi puerta.
A ofrecerme el universo
sin que nadie lo sepa.
Me regalas un “te quiero”.
Acariciando mis manos
perdidas en el silencio.
Un amor lejano y dulce
se marchitó con el tiempo.
Tu ilusión, hoy desbordada
en un sin fin de proyectos.
Me das amor en tu vida,
para quererte de nuevo.
Pero, hoy, tu alfombra
de flores y de recuerdos,
me la dejas en mis pies.
A cambio de un solo beso.
¡Cuanto amor callado y triste!
Luz para tu pensamiento.
Hoy, ya no siento tu presencia.
No serás mi dulce compañero.
Tengo mis flores guardadas
en un jarrón, hace tiempo.
Donde cada día las riego
entre lágrimas y besos.
No vengas a llamar a mi puerta.
Si lo haces, de nuevo,
para ti seré una amiga.
Te abriré con mi silencio...
Magdalena Morales
Emotivo poema, Magdalena. Me llega al corazón sabiendo lo profundo que es. Me alegra saber de ti, aunque sea por las redes. Te echamos de menos, la puerta siempre está abierta.
ResponderEliminarUn abrazo.