CUANDO TODO CALLA
La orquesta calló, y en lento paseo
la gente despacio se fue retirando,
solo alguna voz de algún rezagado
iba charlando camino de casa obligado.
Quedaban los bancos, vacíos, olvidados,
no miré la hora, la noche era cálida,
la noche era mía, como lo fue el día.
Y aquella madera que formaba el banco
cedió en un quejido a mi cuerpo cansado.
Suspiré profundo, y espiré aliviado...
después de rodar horas y más horas,
días... tal vez años; buscando un motivo
para llenar de algo el tiempo vacío,
encuentro placer en aquel silencio
y me dejo llevar por mi viejo instinto
de borrar ausencias, y escuchar al viento.
Cuando silencioso, como por descuido
otra alma errante, dirige sus pasos,
y se sienta en un banco... el mío.
¡Qué grata sorpresa!
¿Qué más da quien seas…?¿A qué preguntarlo?
Con un buenas noches
tu voz acaricia mis dormidos tímpanos,
cuando me saludas con voz apagada,
“ya no hay mucha luz en tu cuerpo cansado”.
Te miro hacer gestos, te siento cercano,
casi no lo creo, es como un milagro,
de todas las sombras que contemplo a diario,
ninguna se para en mi escenario.
Pasan sin mirarme, sin ver si soy algo…
y tú te sentaste y me estás hablando,
y fijas tus ojos en mi pelo cano y
en mis ojos tristes y en mis rudas manos,
y no tienes prisa, ni escapas tras algo…,
miras las estrellas, respiras despacio,
me hablas, te ríes de eso que he contado…
y no hablas de errores ni buenos ni malos.
Y cuando amanece ¡me dices adiós!,
¡y me das la mano!... Sigo camino
hacia ningún lado y mi cuerpo goza
de alegría y llanto, y camino erguido,
casi voy cantando,
porque no voy solo, porque ahora tengo
un recuerdo grato, la voz de los dos
contando relatos, tu olor a futuro,
la luz de tus ojos, tus dedos hablando,
y esa esperanza de que en otro instante,
ya no importa cuando, volveré de nuevo
a compartir, sin prisa, un vacío banco.
Ángeles Martín Millán
17-9-2018
CUANDO TODO CALLA..., un relato que nos habla de la soledad, de ese deambular por la vida sin compañía. Podemos imaginar a veces vidas solitarias. Ángeles Martín ha imaginado esa soledad cuando calla la orquesta, cuando todos se van y buscas un banco y esperas y, por casualidad encuentras a alguien también solitario. Esa compañía, esas palabras intercambiadas animaran de alguna manera esa soledad, ese vacío.
ResponderEliminarRealmente bello tu poema Ángeles.