miércoles, 7 de abril de 2021

Recital de marzo. María Naranjo


UN LARGO PASILLO

 

Intenté alejarme de aquel pasillo largo,

me subí a un árbol para borrar las huellas.

¡Ay!, pobre de mí, como si fuera posible

borrar el pensamiento, arrancarte la piel,

arrancar del corazón sus caras y sus nombres:

Pedro, María Dios, José Luis y tantos otros.

Y Laura, alumbrando por encima de todo

como una estrella,

como el mejor regalo del cielo.

A ellos no les vi más, no pregunté

si estaban vivos, si habían traspasado

la niebla. Ese era otro dolor,

pero me faltó valor.

 

Ellos esperaban al otro lado de la puerta,

esperaban..., como único premio del día;

sus ojos anhelantes, nuestros corazones

latiendo descompasadamente.

La dureza de las horas sin verlos

era un castigo.

Nuestros pasos se antojaban ralentizados,

nuestro amor, temores y anhelos se

mezclaban en una amalgama de colores.

Heridos en el alma, ilusión en las miradas;

todos allí, todos una familia,

todos cuidando las palabras,

todos en la misma burbuja.

Algunos días eran luminosos,

días de trasplante, todos sufriendo,

todos esperanzados por que saliera bien,

todos felices palpando la alegría,

todos, viviendo un día más.

 

María

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